El mandato del socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem como presidente del Eurogrupo no termina hasta finales de año pero su país celebra elecciones legislativas el próximo 15 de marzo y si su formación PvdA, tal y como auguran las encuestas, se desploma y no renueva ministerio podría tener que abandonar el cargo antes de tiempo. Esto significa que el ministro español, Luis de Guindos, podría tener en breve una nueva oportunidad de alzarse las riendas de la Eurozona.

El político español, que ya se enfrentó a Dijsselbloem sin éxito en 2015, no ha negado esta tarde su interés por el cargo pero ha eludido entrar a especular sobre qué puede ocurrir tras las elecciones. “Hay un presidente, no sabemos nadie que va a pasar con las elecciones en su país. Especular no tiene ningún sentido”, aseguraba a su llegada a la primera reunión del Eurogrupo del año. “En estos momentos no voy a especular lo más mínimo”, insistía interrogado sobre si tiene o no interés en el puesto.

Las reglas de funcionamiento de la Eurozona de 2008, que no son públicas, señalan según varias fuentes del Consejo que solo un ministro de finanzas de los países del euro puede presidir el Eurogrupo. En la práctica significa que si Dijsselbloem deja de ser ministro tendría que abandonar el puesto que, según ha dicho, desea conservar hasta el final de su mandato. El holandés se agarra a la letra del Tratado, mucho más ambigua y que no aclara los requisitos del candidato, para defender su permanencia y cuenta con algunos aliados importantes.

ALIADOS DE DIJSSELBLOEM

Sin ir más lejos el socialista eslovaco Peter Kazimir. “No importa el resultado de las elecciones holandesas. No es lo más importante. Necesitamos continuidad y estabilidad”, ha respondido a la pregunta de si Dijsselbloem podría quedarse en el cargo. El eslovaco es, junto con Guindos, el único ministro que ha sonado para sustituir al holandés aunque de momento no se deja querer. “Jeroen todavía está vivo así que no es educado sacar esta cuestión. En segundo, estoy seguro de que es un excelente presidente que está haciendo un estupendo trabajo dentro y fuera y es una razón por la que debería continuar”, ha zanjado. El mismo apoyo que le ha dado el también socialista francés, Michel Sapin. “Deseo que gane las elecciones del mes de marzo”, ha respondido interrogado sobre si apoyaría a Dijsselbloem, que lleva en el puesto desde comienzos de 2013, para seguir siendo presidente y sin dar más explicaciones.

La decisión, al igual que en julio de 2015 cuando Guindos sufrió el revés, la tendrán que tomar los 19 ministros de la Eurozona. Lo que no está claro es si lo harán en base a las reglas internas del Eurogrupo o la ambigüedad que permite el Tratado. El comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, también ha optado por zanjar el debate. “No estamos ahí. Tenemos un presidente del Eurogrupo que es un presidente excelente que ha resuelto muchas cuestiones, que es respetado por sus socios. No puedo especular sobre esta u otra elección”, ha explicado.

Pero lo cierto es que en esta batalla no entrará en juego únicamente la idoneidad del candidato. Seguramente también lo harán otros factores como la nacionalidad o la familia política y en este caso Dijsselbloem cuenta con una ligera ventaja. Ni es italiano -la presidencia de la Eurocámara, del BCE o la alta representante para la política exterior proceden de Italia- ni conservador -como si lo son actualmente los presidentes de la Eurocámara, Consejo y Comisión- lo que podría facilitarle algo la tarea entre otros potenciales candidatos.

La partida ya ha empezado y los protagonistas ya han empezado a posicionarse. “Yo he expresado mi preferencia por un ministro de finanzas de la Eurozona que al mismo tiempo sea comisario. Es para el futuro, quizás no el próximo”, sostiene el comisario Moscovici sobre la idea de una presidencia permanente que precisamente fue bloqueada por Holanda hace dos años. Por ahora comparte que tienen “un excelente presidente del Eurogrupo”.