No todo en la crisis es como parece. Carles Torrecilla, profesor titular del Departamento de Márketing del Esade, desveló ayer en Zaragoza algunas de las claves menos conocidas de la adversa situación de la economía, las cuales invitan al optimismo. Para empezar, y aunque sorprenda, aseguró que "hay gente que ahora mismo se está forrando en construcción y automóvil".

Su conferencia ¿Qué saben y qué hacen los que están aprovechando la crisis? abrió ayer la tercera edición Program for Management Development (PMD) que organiza en Zaragoza la escuela de negocios Esade y la Cámara de Comercio.

Como ejemplo de éxito en el automóvil, Torrecilla señaló los concesionarios "que dimensionaron más el taller que la sala de ventas". La mayoría hicieron la contrario. En el negocio inmobiliario, el paradigma lo situó en las empresas que, además de vender, "se quedaban algunos pisos, locales y aparcamientos en alquiler" y además vendían seguros y servicios de mantenimiento de fincas. "Ahora están teniendo cash flow positivos que les permite ahora comprar barato".

El secreto está, afirmó, en el conocer el concepto de los "cliductos", que son los roles que se asignan a los clientes que compran unos determinados productos.

A su juicio, también están funcionando en tiempos de crisis los negocios relacionados con el ocio --"los restaurante siguen estando llenos"--, las empresas de renovables y "el comercio listo que no ha bajado estoc".

Torrecilla, que acaba de publicar el libro Crisis, mentiras y oportunidades´, es de los que opina que los medios de comunicación han magnificado la crisis. Y desdramatizó el paro, ya que España "ha sido el país del mundo que más inmigrantes ha recibido".

Con todo, reconoció que si se dispara el número de parados sin subsidio habrá "problemas más graves". Pero cargó contra negativas "profecías" que se lanzan de distintos estamentos y consideró que "ya empiezan a verse datos positivos en la bolsa".

Torrecilla expuso en su ponencia otros conceptos como el de autocrisis, que ocurre cuando "uno mismo con sus decisiones se acaba causando una crisis" (efecto pigmalión), y recomendó a las empresas trabajar con previsión en lugar de improvisación.