El futuro de las monedas de uno y dos céntimos de euro estará más negro a partir de hoy con la entrada en vigor del redondeo a cinco en los comercios de Holanda para las compras en efectivo. La medida cuenta con el apoyo de organizaciones de consumidores y se suma a la negativa de Finlandia de introducir las monedas de menos de cinco céntimos desde la entrada en vigor del euro.

Bélgica y Alemania estudian también la eliminación práctica de la calderilla, mientras que las autoridades monetarias de España y Portugal se han desmarcado de la medida. Entre otros motivos por el temor al incremento de los precios que podría comportar la medida según como se aplicase. Fuentes del Banco de Portugal afirmaron ayer que la desaparición de estas monedas causaría un alza general de precios y una fuerte presión inflacionista y aseguraron que "esas monedas de valores inferiores seguirán circulando".

REDUCIR GASTOS En Holanda mantienen la teoría contraria. Desde hoy aplican el acuerdo sobre el redondeo, que no es obligatorio ni está estipulado en la ley, para aumentar la comodidad en los pagos y reducir gastos en el tráfico monetario. Según un estudio del banco central holandés, con el redondeo se podrían ahorrar cada año unos 30 millones de euros y no habrá efecto inflacionista.

El comercio holandés decidió aplicar el redondeo en todo el país tras una prueba realizada en Woerden. Tanto el experimento como la implantación a nivel nacional son una iniciativa de Consulta Social de Tráfico de Pagos, un foro que reúne a las asociaciones del pequeño comercio, la restauración, las gasolineras, los bancos y los consumidores. Todos se han quejado desde un principio de la poca utilidad e incomodidad de las dos monedas de menos valor. Años antes de la introducción del euro, Holanda ya retiró el céntimo del florín y aplicó ya el redondeo por cada cinco céntimos.

El Gobierno holandés no ha querido regular el redondeo por ley, ya que las monedas de uno y dos céntimos siguen siendo un método de pago legal y la decisión de erradicarlas por completo sólo se puede tomar a nivel europeo. Tanto el Ejecutivo como el banco central apoyan la iniciativa. A principios de agosto ya se habían sumado 40.000 de los 120.000 comerciantes del país.

Estos ya pidieron los carteles y las pegatinas obligatorios para poder aplicar la nueva medida. El consumidor debe ser informado debidamente en la caja o antes de entrar en la tienda que ésta aplica el redondeo. "Aquí se redondean los pagos en metálico", dicen los carteles.

Los pagos con tarjetas no se redondearán. En los pagos en metálico, las tiendas no devolverán al comprador monedas de uno o dos céntimos, por lo que éstas irán desapareciendo paulatinamente.

En España, el Ministerio de Economía "no se ha planteado la eliminación de los céntimos", según fuentes del departamento. Tampoco, el Banco de España. Ni siquiera las organizaciones de consumidores, quienes, sin embargo, son conscientes de que la supresión de los céntimos "en la práctica, se va a ir imponiendo poco a poco", afirma el portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), José María Múgica.