Huawei consolidó el pasado año su papel como gigante de las telecomunicaciones y la electrónica mundial en el marco de unos ingresos que rozan el centenar de millones de euros y en medio de una campaña de difamación sin precedentes y prohibiciones de acceso a varios mercados, entre ellos el norteamericano. La multinacional china Huawei, atrapada en la guerra tecnológica que libran las dos grandes potencias, presentó ayer su cuenta de resultados en su sede de Shenzhen (provincia de Cantón). Solo escrutándolas al detalle se intuye algún efecto del complejísimo cuadro de relaciones públicas por el que pasa.

Los ingresos aumentaron en 2018 un 19,5% hasta alcanzar los 721.200 millones de yuanes o 95,5 millones de euros. Los beneficios, por su parte, subieron hasta los 59.300 millones de yuanes o 7.852 millones de euros. Supone un incremento del 25,1%, tres puntos por debajo del pasado ejercicio. La división de usuarios lidera por primera vez el crecimiento de la compañía con un aumento del 45%, fundamentado en los 206 millones de teléfonos y el centenar de millones de otros dispositivos vendidos. La compañía ya ha superado a Apple y sólo tiene por delante a Samsung.