El impacto de la crisis económica y financiera también tiene su impacto en las partidas que las cajas destinan a la Obra Social. En el caso de Ibercaja, destinará este año un total de 23 millones de euros a este fin, lo que supone una notable reducción como consecuencia de la caída de los beneficios del 2011. Concretamente, la entidad argonesa cerró el ejercicio con un beneficio de 57 millones de euros, lo que supone un 44,6% menos que en el 2010, tras haber incrementado sus saneamientos en un 37,4%. Unas provisiones a las que están obligadas las entidades para cubrir posibles fallidos, prinicipalmente ligados al sector inmobiliario. De esta forma, los recursos destinados a las actividades de la Obra Social pasan de los 42 millones de euros del 2011 a los 23 millones presupuestados para este año.

Los resultados del 2011 fueron aprobados ayer por la asamblea general ordinaria de Ibercaja, en la que también se abordó el proceso de fusión acordado con Caja 3 (Caja Inmaculada, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz), según informó ayer la caja en un comunicado. Según apuntó el presidente de Ibercaja, Amado Franco, esta integración tiene "carácter finalista, ya que permite crear un grupo líder en sus territorios, con afinidad cultural y con tamaño suficiente para el nuevo entorno financiero y sólido futuro". Franco Lahoz añadió que "con Caja3 pervive el espíritu de caja de ahorros, que va más allá de hacer Obra Social".

El consejero delegado de Ibercaja, José Luis Aguirre Loaso, explicó los datos del ejercicio, desarrollado durante los nueve primeros meses como caja de ahorros y los tres últimos, a través de la filial bancaria, y apuntó que Ibercaja, pese al entorno de crisis, ha preservado sus ratios.