Ibercaja ya tiene un acuerdo que le permite armonizar las condiciones laborales de los 6.000 empleados que integran el nuevo grupo financiero. A última hora de ayer, la entidad presidida por Amado Franco cerró un pacto con la mayoría de los sindicatos de Caja3 (CCOO, Asipa y Csica). No obstante, UGT descartó estampar su firma al considerar que supone "un trato discriminatorio" respecto a la plantilla de Ibercaja. El pacto, por tanto, no fue unánime ya que se quedó fuera el 44,76% de la representación de la plantilla, en poder del sindicato ugetista.

El gran caballo de batalla de la negociación, la antigüedad, se cerró tras una última propuesta que planteaba mantener la situación económica de los empleados de Caja3 inalterable hasta el año 2019. Y, en todo caso, sería a partir de entonces cuando se podría producir alguna merma a futuro que, no obstante, se verá compensada, según aseguraron los sindicatos firmantes. En este sentido, uno de los puntos que se acordó fue que a partir del 2015 los trabajadores de Caja3 contarán con un sistema de retribución variable, como el que existe en Ibercaja, lo que permitiría compensar hipotéticas pérdidas retributivas si la situación es boyante.

Otra de las cuestiones que obtuvo el consenso mayoritario de las partes fue el de los traslados por cierres de oficinas. Así, se acordó fijar un límite máximo de 40 traslados frente a los 30 iniciales, aunque se apuntalaron las condiciones de los mismos, destacó CCOO. "Se consiguieron mejoras importantes respecto a la reforma laboral en caso de que no se acepten traslados", indicó. En cuanto a las categorías laborales, también se produjeron avances que permitieron cerrar el acuerdo. Entre ellos, la firma de una prima de 1.000 euros para compensar posibles mermas para niveles más bajos.

Al cierre de esta edición, los sindicatos firmantes e Ibercaja todavía se encontraban redactando el acuerdo definitivo.

OPINIONES CONTRAPUESTAS Las organizaciones firmantes aseguraron que con el acuerdo "nadie pierde nada" a partir de enero del 2015. El representante de CCOO, Miguel Ángel Villalba, calificó el acuerdo de "justo y equilibrado" y consideró que "se mejoran las condiciones de todo el mundo y, en especial, las de quienes estaban peor". Además, añadió que la alternativa de no firmar dejaba el futuro de la plantilla de Caja3 "en manos de lo que decidiera Ibercaja y de la reforma laboral". Desde Asipa, Gonzalo Postigo se pronunció en esta misma dirección. "Se han adoptado medidas para evitar que se cobre menos", indicó.

Bien distinta era la opinión de la representante de UGT en Caja3, Victoria Camarena, que mostró su malestar al término de la jornada porque el acuerdo supone "la pérdida de nivel retributivo" en las plantillas de CAI, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz. A su juicio, los trabajadores de Caja3 son considerados como "empleados de segunda".