Ibercaja no comunicó ayer a los sindicatos (UGT, CCOO, Asipa, Csica y CGT) ni cuántos serán los afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que quiere aplicar, ni cómo realizará el ajuste. La primera reunión entre la entidad y los representantes de los trabajadores se tradujo en una mera formalidad, a pesar de que los sindicatos acudían a la cita ávidos de información tras haber sido informados por carta del expediente y haber sido citados ayer para el inicio de las negociaciones.

Aunque no hay datos oficiales, todo apunta a que el ajuste laboral afectará a entre 550 y 600 trabajadores de Ibercaja. El consejero delegado de la entidad, Víctor Iglesias, anunció el pasado 5 de febrero en una entrevista concedida a EL PERIÓDICO que era necesario «ajustar las oficinas y la plantilla un mínimo del 10% en los dos próximos años». Ibercaja suma unos 5.500 empleados en toda España (2.500 en Aragón).

Uno de los interrogantes será cómo se realiza el ajuste, ya que en estos momentos solo hay unos 250 trabajadores de más de 58 años en la entidad. Eso sí, si se suman los empleados de 56 y 57 años la cifra asciende a casi 600. El propio Iglesias mencionó un periodo de dos años para reducir la plantilla.

DESCONTENTO Y NERVIOSISMO

Al margen de hipótesis, lo cierto es que ayer los sindicatos salieron muy descontentos de la reunión con Ibercaja, a la que acusaron de «falta de transparencia» en un momento en que la plantilla está «muy nerviosa, inquieta y preocupada» por el nuevo escenario que se abre a partir de ahora. Sin embargo, Ibercaja no ofrecerá los datos hasta la próxima reunión, que se celebrará el miércoles 22.

«No es de recibo que hace unos días el consejero delegado diga que había que llevar a cabo un ajuste y que hoy (por ayer) la entidad no nos ofrezca ningún dato», apuntó Victoria Camarena, de UGT, sindicato que no firmó el último ERE del 2015 y que afectó a 350 empleados. CCOO también destacó la «inquietud» de la plantilla. «Queremos saber cuántos afectados hay, cuántas oficinas se quiere cerrar y cuántos traslados están previstos», aseguró Ignacio Liria, que apuntó que el sindicato reclamará, al menos, las mismas condiciones que se firmaron en el ERE del 2015. Mientras, Asipa exigió a Ibercaja «celeridad» en el proceso de facilitar información porque la plantilla está intranquila, indicó Fernando Sarrato.

MÁS DIFICULTADES

La negociación de este último ERE --en el 2013, 2014 y 2015 se pactó la salida de más de 800 trabajadores mediante prejubilaciones o bajas voluntarias-- entre la entidad y los sindicatos se inició ayer, pero se prolongará durante el mes de abril. Sin embargo, en esta ocasión, todo indica que la negociación será más compleja, puesto que los sindicatos quieren, al menos, las mismas condiciones que se firmaron en el ERE del 2015 (el 80% del salario bruto, entre otras). Pero Ibercaja quiere mejorar su rentabilidad y eficiencia para una futura salida a bolsa en un contexto en el que los márgenes del sistema financiero se han reducido de forma considerable. El tira y afloja entre la entidad y los sindicatos está servido.