Ibercaja y la representación sindical (UGT, CCOO, CGT, Asipa, ACI y Csica) iniciaron ayer el periodo oficial de consultas para negociar el expediente de regulación de empleo (ERE) con el que el banco aragonés quiere recortar en un 14% su plantilla en toda España. Sin embargo, los avances fueron poco significativos, según apuntaron ayer los sindicatos, salvo por el hecho de que la entidad planteó abrir un periodo para que cualquiera de los 5.600 trabajadores que integran la plantilla pueda causar baja de forma voluntaria.

«Si las extinciones no se cubren de forma voluntaria, se aplicarán de forma forzosa», advirtieron a los sindicatos. Y poco más, porque la dirección de Ibercaja no puso sobre la mesa cuáles serán las condiciones que ofrecerá para abandonar la entidad.

Lo que sí quedó claro es que el planteamiento inicial se mantiene, es decir, Ibercaja quiere recortar 686 empleados y cerrar 160 oficinas (55 de ellas en la dirección territorial de Aragón). Actualmente, el banco aragonés cuenta en España con 1.250 oficinas (unas 450 en Aragón) y emplea a 5.600 personas (más de 2.500 en la comunidad).

El escenario podría empezar a despejarse a partir del próximo 17 de abril, fecha en la que la entidad ha convocado de nuevo a los sindicatos para mantener una nueva reunión en la que Ibercaja comenzará a mover ficha. El banco comunicó a los representantes de los trabajadores que ese día presentará una primera propuesta para ejecutar el ajuste laboral, cuyo plazo de negociación concluye el 9 de mayo.

MALESTAR SINDICAL / Los sindicatos volvieron ayer a mostrar su malestar con la entidad, tanto por las fechas elegidas para pactar el ERE (tan solo hay 17 días hábiles de un total de 31 que comprende el periodo de consultas), como por la escasa información facilitada hasta ahora (antes de la de ayer hubo otras cuatro reuniones preparatorias entre ambas partes). Además, mantienen que las cifras de extinciones de contratos no están justificadas.

CONDICIONES DE SALIDA / La propuesta de ofrecer bajas voluntarias a toda la plantilla fue valorada de forma positiva por CCOO «si las condiciones son buenas», apuntó ayer su representante, Miguel Ángel Villalba, que exigió al menos las mismas condiciones que en los anteriores ERE (entre el 75 y el 85% del sueldo bruto anual). Al respecto, recordó que hay alrededor de mil empleados por encima de los 55 años en Ibercaja y aludió a la «intranquilidad» que existe en la plantilla a raíz del ajuste laboral.

Mientras, UGT incidió en la «mala fe» del banco en la negociación, tanto por la «información sesgada» que ha ofrecido hasta el momento como por el calendario, que da «poco margen a los sindicatos», destacó Victoria Camarena.

Asipa, por su parte, coincidió en apuntar que quizá sea necesario ampliar el periodo de consultas y subrayó que «no va a tolerar ningún despido traumático» en Ibercaja. «Si hay bajas, que sean voluntarias», precisó su representante, Gonzalo Postigo.