Ibercaja comenzará a aplicar en los próximos meses el que será su cuarto expediente de regulación de empleo (ERE) en cinco años. Así se lo comunicó ayer la entidad a los representantes de los trabajadores a través de una carta en la que el banco aragonés no concreta la cifra de afectados. Con todo, y según pudo saber este diario, el nuevo ajuste planteará la salida de cerca de 600 trabajadores e incluirá también el cierre de oficinas, sobre todo en las zonas con un mayor «solapamiento», como es el caso de Aragón.

El propio consejero delegado del banco aragonés, Víctor Iglesias, ya reconoció recientemente en una entrevista a este diario la necesidad de un recorte adicional del 10% de la red de oficinas y la plantilla del sector y apuntó que esa cifra sería extrapolable a Ibercaja. «No me gusta reducir plantilla, pero es lo que toca hacer ahora porque la rentabilidad bancaria es muy baja y eso no es bueno ya que a medio plazo estás capado en las posibilidades de crecimiento», indicó entonces.

Actualmente, el banco aragonés emplea a 5.550 personas (más de 2.500 en Aragón) y cuenta con 1.250 oficinas (unas 450 en la comunidad). Solo la plantilla de la sede central de Zaragoza supera los 700 trabajadores.

Según apuntaron ayer fuentes de la entidad, el banco aragonés confía en mantener el «espíritu» de los últimos ajustes de empleo para alcanzar una solución «consensuada» con los sindicatos y evitar, en la medida de lo posible, salidas traumáticas.

Los sindicatos, sin embargo, no lo ven tan claro y consideran que en esta ocasión no será tan sencillo alcanzar tantas bajas voluntarias, si bien reconocen que todo dependerá de las indemnizaciones que ofrezca la entidad (y ya prevén que no serán tan generosas como las anteriores). Actualmente, en el banco hay más de 200 trabajadores con 58 y 59 años.

«Tememos que habrá salidas forzosas, como, por otra parte, ya ocurrió en el anterior ERE, cuando hubo gente que salió de la entidad o personas que tuvieron que trasladarse de Badajoz a Cataluña o de Burgos a La Rioja», apuntaron ayer desde un sindicato.

Lo que tienen claro los representantes de los trabajadores es que si se reduce la plantilla no será posible sostener la actual red de oficinas, ya que su carga de trabajo ha crecido mucho en los últimos años.

La entidad no concretó cuánto podría durar el periodo de ejecución del nuevo ERE, aunque es posible que se extienda más allá de este 2017. La dirección y los sindicatos se reunirán mañana en la primera cita del periodo informal de 15 días, al que seguirá el oficial de 30 días.