Ibercaja puso ayer punto y final a la negociación del ERE tras la firma de un acuerdo entre la dirección y los sindicatos que supondrá finalmente la salida por edad de 289 empleados antes del 18 de febrero del 2015. Se trata de los trabajadores que este año cumplen 59, 60 o 61 años y que recibirán como indemnización el 80% del salario neto y una paga lineal de 12.000 euros, apuntaron ayer fuentes sindicales.

Con todo, el expediente alcanza hasta 375 personas, 289 por edad y el resto, hasta ese máximo, para trabajadores que opten por rescindir su relación laboral con la entidad debido al cierre de su centro de trabajo o por rechazar un traslado a más de 35 kilómetros. El periodo para solicitar la adhesión es del 16 de junio al 16 de julio.

Estas salidas voluntarias obedecen al cierre de oficinas, fijado en un máximo de 50 sucursales en el 2014. Este hecho conllevará traslados de trabajadores a otros puntos de la red comercial, principalmente de la zona tradicional, aunque se ha limitado a 75 el número de empleados que tendrán que desplazarse a más de 50 kilómetros de distancia. Aquellos que no acepten estos desplazamientos recibirán una indemnización de 45 días por año con un máximo de 42 mensualidades, de ahí que el ERE pueda elevarse hasta un máximo de 375 personas. Además, se producirán traslados a menos de 50 kilómetros para cubrir las vacantes producidas por el ajuste. Cualquiera de los afectados por un cambio de oficina será indemnizado y recibirá ayudas para alquiler de vivienda.

Un escollo menos

La firma del ERE, apoyada por el 97,5% de los representantes sindicales (UGT, CCOO, Csica y ACI) y rechazada por CGT, supone un paso más en el camino para cerrar la reestructuración de la entidad presidida por Amado Franco. También en la búsqueda de una mayor eficiencia, no solo de cara a los test de estrés del Banco de España, cuyo resultado se dará a conocer en noviembre, sino también desde la perspectiva de que Ibercaja se posicione en un mercado aún sacudido por la crisis y que todavía puede registrar importantes movimientos.

De momento, el siguiente reto de la entidad será tratar de homologar las condiciones laborales de Caja3 a las de Ibercaja antes de que se produzca la integración total de la primera para formar un único grupo financiero, a partir del próximo otoño. Esta tarea, que comenzará en las próximas semanas, será "complicada", según apuntan algunos sindicatos.

El ajuste del 2015

Para el próximo año también hay previsto un nuevo ERE en Ibercaja, aunque las condiciones para los afectados serán las mismas que ayer se firmaron. Un aspecto que valoraron los sindicatos, ya que ofrece "estabilidad" y garantía de empleo. No en vano, luego, ya no habrá nuevos ajustes hasta el 2017.

Eso sí, el próximo año se espera un elevado cierre de oficinas por las duplicidades en la red de Ibercaja y de CAI (perteneciente a Caja3).