Iberdrola ha solicitado al Ministerio de Energía autorización para cerrar sus centrales térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), dentro del proceso de clausura de todas sus centrales del carbón en el mundo. La totalidad de las plantillas afectadas (90 trabajadores en Lada y 80 en Velilla) será recolocada en las labores de desmantelamiento de las plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre, y en otras instalaciones de la empresa.

En el desmantelamiento de estas centrales, que suman una potencia de 874 megavatios (MW), Iberdrola invertirá cerca de 35 millones de euros, y acometerá una restauración paisajística de las zonas que ahora ocupan las centrales.

Iberdrola ha clausurado desde el año 2001 en todo el mundo centrales térmicas que suman casi 7.500 MW de capacidad instalada y plantas de fueloil con una potencia total de 3.200 MW.

Las centrales de carbón representan sólo el 1,8% de la capacidad total de generación del grupo Iberdrola, que es de 48.062 MW. El cierre no afectará a la seguridad del suministro eléctrico.

La decisión de Iberdrola es un pulso en toda regla al Gobierno que choca frontalmente con las intenciones del departamento que dirige Álvaro Nadal de mantener las centrales de carbón abiertas y está pendiente de un real decreto para regular el procedimiento de cierre de las instalaciones de generación eléctrica.