Los trabajos de derribo de la antigua fábrica de Pikolín de la carretera de Logroño, donde se instalará el nuevo centro comercial Torre Village, comenzarán antes de la próxima primavera, según aseguraron ayer fuentes de Iberebro, la empresa de la familia Soláns que impulsa este complejo especializado en tiendas outlet.

Los promotores estiman que el plazo de ejecución de las obras será de unos 18 meses, con que confían en que, si no surge «ningún imponderable», el centro puede abrir sus puertas en el 2018. Con este calendario trabaja Iberebro, que ya ha iniciado algunos trámites, como una solicitud para eliminar un tramo de una línea eléctrica que atraviesa la zona.

En paralelo, se cierne una batalla judicial sobre el proyecto. Así, la Federación de Empresarios de Comercio de Zaragoza (ECOS) ha presentado un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) con el acuerdo del pleno del Ayuntamiento de Zaragoza del pasado 24 de octubre que dio luz verde a esta iniciativa. También Iberebro ha recurrido una de las prescripciones de la autorización municipal.

La directora del centro Torre Village-ZIR (Zaragoza’s Innovation in Retail), Carmen Herrarte, avanzó en rueda de prensa que las pruebas de selección de personal para el complejo outlet comenzarán en marzo. Aunque señaló que todavía es pronto para dar a conocer más detalles del modelo de negocio y las marcas que acogerá, recalcó que el centro abrirá en el 2018 y aseguró que creará 1.023 empleos.