Iberia ha dado un paso importante para ser elegida la compañía que opere los vuelos de bajo coste de largo radio del grupo IAG desde el aeropuerto de El Prat-Barcelona, tras llegar a un acuerdo con los pilotos y los tripulantes de cabina sobre sus condiciones laborales.

La decisión la tomará el consorcio IAG, integrado además por British Airways, Vueling, y Aer Lingus, en las próximas semanas y comenzará a operar en junio con dos aviones A330. No se descarta que se cree una compañía específica para realizar estas rutas a Estados Unidos, América Latina y Japón.

Luis Gallego, presidente de Iberia, anunció ayer el acuerdo entre su empresa y los sindicatos durante la presentación de resultados de IAG, junto al presidente del grupo Willie Walsh. El principal competidor de Iberia es su socio en el consorcio Aer Lingus, pero la aerolínea de bandera española representa «la mejor oferta» por los recursos de que dispone en Barcelona, según señaló ayer Antonio Escobar, portavoz y expresidente del sindicato independiente de tripulantes de cabina (SITCPLA).

Dentro de IAG, solo Iberia y la compañía irlandesa disponen de aviones con capacidad técnica para realizar estas rutas, mientras que Wallsh reserva a Vueling para las rutas europeas. En todo caso, Vueling podría, desde Barcelona, «alimentar» los nuevos vuelos.

En los dos aparatos estarán empleados un total de 50 personas, entre pilotos y tripulantes de cabina, y los destinos más probables son Los Ángeles y San Francisco (Estados Unidos), Buenos Aires, La Habana y Santiago de Chile en Latinoamérica, y Tokio en Asia.

Gallego reconoció que tiene vía libre, si así lo decide IAG, para crear incluso una nueva marca, como ya se hiciera con Iberia Express. «Con el anterior convenio no éramos competitivios pero hemos hecho unas modificaciones para el lanzamiento de nuestra oferta con las que mejoramos el rendimiento», afirmó Gallego ayer. Este añadió que, de resultar elegida, Iberia tendrá que negociar con sus trabajadores en una segunda fase.

CONDICIONES ADECUADAS

«Las condiciones del acuerdo alcanzado son adecuadas para ser una opción», aseguró ayer Gallego, quien destacó el aumento de la productividad, en unas 300 horas por empleado, según otras fuentes, cuando se apliquen las medidas aprobadas.

Según los sindicatos, si finalmente Iberia se hace con este negocio supondrá un impulso al empleo y a la promoción de los empleados más jóvenes que han sido los que han entrado a trabajar en los últimos tres años en Iberia con sueldos más bajos, tras la reestructuración del 2013.

El único sindicato que ha quedado al margen del acuerdo, Stavla, ha expresado sus reservas por falta de concreción al no establecer limitaciones de productividad ni definirse su plan de flota futuro.