El Banco Central Europeo (BCE) superó ayer las expectativas creadas por él mismo y los inversores supieron premiárselo con una sesión muy positiva de las bolsas y la deuda. Sin embargo, algunas dudas y temores, particularmente en el tipo de cambio del euro con el dolar, provocaron a última hora que la jornada no fuera tan redonda como habría podido suponerse.

El Ibex 35 subió un 1,12% (9,68% en el año), a los 10.876,4 puntos, tras permanecer prácticamente plano hasta que el BCE anunció sus medidas. Con todo, se desinfló un tanto en la última parte del día, pues había llegado a mejorar más del 1,6%.

El frenazo del tramo final responde a varias razones. Por una parte, la dubitativa apertura de Wall Street enfrió algo los ánimos. Además, algunos operadores de mercado que se dedican a operar a corto plazo aprovecharon las fuertes subidas para vender rápido y meterse en el bolsillo la plusvalía latente.

EN MÁXIMOS

Además, muchas bolsas están en niveles máximos (la alemana perforó ayer su tope histórico, la española cerró en el nivel más alto desde febrero del 2011), con lo que a los inversores les entró un cierto vértigo. Algunos expertos apuntaban que ahora es necesario ver cuánto tardan en dar resultado las medidas del BCE y qué alcance real tendrá sobre la economía antes de apostar decididamente al alza. Otros advierten que se pudo interpretar la inesperada contundencia del Banco Central Europeo como prueba de una debilidad de la recuperación mayor de lo aparente.

Además del español, el otro selectivo que se comportó mejor fue el italiano (1,5%), ya que se estima que serán los dos países más beneficiados por las medidas. En el mercado de deuda, la prima de riesgo española cayó de los 145 a los 141 puntos básicos, con el interés del bono a 10 años en torno al 2,82%, aunque llegó a bajar hasta los 134.

El único indicador que no mejoró fue el cambio del euro con el dólar. La moneda europea llegó a caer el 0,7% y rondó los 1,35, pero luego subió hasta cerrar en 1,3616, plana respecto a la víspera. Los expertos advertían que para que baje con fuerza es necesario que las medidas empiecen a funcionar y que la Reserva Federal siga retirando sus estímulos.

Su valoración general sobre la actuación del banco central, en cualquier caso, es positiva. "El BCE no ha defraudado. Puesto que la probabilidad de que adoptase medidas como la compra de titulizaciones o la no esterilización de las compras de deuda soberana, al igual que se ha hecho estos años anteriores en Estados Unidos, era relativamente baja teniendo en cuenta la trayectoria de decisiones del organismo europeo, el hecho de haberse decidido por adoptarlas ha cogido al mercado totalmente por sorpresa", apunta Javier Urones, analista de XTB.