El impuesto del patrimonio se mantendrá durante el año que viene, pero dejará de pagar en el 2016, según el proyecto de presupuestos del Estado del ejercicio próximo.

La modificación prevista prevé una bonificación del 100% en la cuota íntegra "con efectos desde el 1 de enero del 2016". El tributo, cedido a las autonomías, fue suprimido por el Gobierno socialista en el 2008 y lo recuperó para los ejercicios del 2011 y el 2012.

Posteriormente, el PP lo mantuvo y prorrogó su existencia durante el ejercicio actual. Según el proyecto de los presupuestos, seguirá exigiéndose el año que viene, pero no el siguiente.