La cuña fiscal que soportan los salarios españoles -por efecto del impuesto sobre la renta y las cotizaciones sociales- volvió a subir en el 2018 y alcanzó el 39,4% del sueldo bruto total. La organización de países desarrollados OCDE publicó ayer su informe anual sobre tributacion de los salarios (Taxing wages 2019) en el que se pone de relieve que la cuña fiscal que soporta un trabajador medio sin cargas familiares es más de tres puntos superior en España que en la media de la OCDE (36,1%).

Cuando existen cargas familiares (ejemplo de dos hijos), la brecha es aún mayor y alcanza los 7,3 puntos (33,9% en España frente a una media del 26,6% en la OCDE) ya que este tipo de beneficio social es más bajo en España que en la media de los países desarrollados.

El concepto cuña fiscal pone en relación la carga que soporta un salario por los conceptos de impuesto sobre la renta y de cotizaciones sociales (de empresario y empleado), después de descontar los beneficios familiares, con el coste laboral total. En definitiva, la cuña fiscal mide la diferencia entre los costes laborales totales y el salario neto que el trabajador recibe.

SALARIO LIMPIO DEL 63,9%

Según los datos de la OCDE en el conjunto de los países desarrollados, la cuña fiscal media de un trabajador soltero sin cargas familiares volvió a bajar en el 2018 por cuarto año consecutivo y se situó en el 36,1% respecto del coste laboral total (0,1 puntos por debajo del dato del 2017).

Eso quiere decir que del sueldo bruto total, el 36,1% se destinó a pagar el impuesto sobre la renta y cotizaciones a la Seguridad Social, de modo que el salario limpio (neto) se limitó al 63,9% del salario bruto total (el concepto de salario bruto al que alude la OCDE no coincide exactamente con el que se maneja en las relaciones laborales españolas que, por los general no incluye el montante de las cuotas sociales que corresponden al empleador).

En el caso de España, la cuña fiscal no bajó en el 2018 sino que subió 0,1 puntos hasta situarse en el 39,4%, ligeramente por encima de la media del 36,1% de los 36 países miembros de la OCDE. Según esto, el salario limpio que un trabajador español sin cargas familiares se lleva a casa equivale al 60,6% del sueldo bruto total. En el caso español, la cuña fiscal alcanzó un máximo del 40,7% sobre el salario bruto total en los años 2013 y 2014. Desde entonces, se ha ido reduciendo hasta el entorno actual del 39,4%.

PUESTO DECIMOSEXTO

Desde este punto de vista, España es el décimo sexto de los 36 países de la OCDE con mayor cuña fiscal, en un listado liderado por Bélgica (52,7%), Alemania (49,5%), Italia (47,9%), Francia (47,6%) y Austria (47,6%). También tienen una mayor cuña fiscal que España otros países como Grecia (40,9%), o Portugal (40,7%).

En el lado contrario, la cuña fiscal es menor en Luxemburgo (38,2%), Polonia (35,8%), Dinamarca (35,7%), Irlanda (32,7%) o Gran Bretaña (30,9%), entre otros socios europeos de España. La cuña más baja hay que buscarla en Chile (7%) o en Nueva Zelanda (18,4%).

Cuando existe la posibilidad de que existan beneficios fiscales por cargas familiares, la cuña fiscal de un trabajador español con dos hijos baja al 33,9% (5,2 puntos menos que para un trabajador sin cargas familiares). Sin embargo, aquí la diferencia con la media de los países de la OCDE (26,6%) aumenta hasta los 7,3 puntos, ya que los incentivos familiares son menos intensos en España.