La industria aragonesa afronta la primera mitad del año con un ligero optimismo, aunque las expectativas de los empresarios del sector se han visto reducidas en relación a las que tenían para el segundo semestre del 2003. Ello se debe, en buena medida, a que entonces la realidad no respondió a las previsiones.

Esta es la principal conclusión que se puede extraer de las segunda oleada del Informe de Percepción Industrial de Aragón (IPIA), que mide el grado de confianza de más de 500 empresas de la comunidad pertenecientes al sector industrial.

En concreto este informe, que fue presentado ayer por el secretario general de CEPYME-Aragón, Rafael Zapatero, recoge la evolución de la industria en el 2003 y las perspectivas para los seis primeros meses del año. A finales del 2003 el IPIA se situaba en -1,63% (cifra muy similar a la ofrecida por el INE para el conjunto nacional) mientras que las previsiones de los empresarios de la industria hablan del 2,82% para el primer semestre del 2004.

Así, gran parte de las variables apuntan al estancamiento. En esta línea, las empresas apuestan por mantener inversiones (sólo un 19% creen que las aumentarán), plantillas y producción. Además, un 55% de las empresas estiman que, tanto la demanda como las ventas, se estabilizarán en la primera mitad del año.

Por otro lado, el 52% del sector piensa que los costes se mantendrán y un 40% que crecerán, por lo que las empresas centrarán sus esfuerzos en el control de costes para mejorar la competitividad. Por último, el 53,1% de los industriales auguran un estancamiento de la economía aragonesa en los próximos meses.