Industrias Pardo resucita de la mano de Pikolín. En octubre del 2012, el fabricante aragonés de colchones compraba la firma especializada en equipamientos para los sectores hospitalario y geriátrico, cuando se encontraba al borde del concurso de acreedores. Casi dos años después, tras un proceso de reestructuración interna, la redimensión de la plantilla y una inversión global de 4,1 millones de euros, la empresa prevé facturar este ejercicio 14 millones de euros (en el 2013 fueron 12 millones) gracias a su potente presencia internacional: exporta a 60 países el 25% de las 20.000 camas que fabrica anualmente. En el 2014 podría elevar esta producción hasta las 30.000 unidades para atender a sus 300.000 clientes en todo el mundo, con una creciente demanda en Oriente Medio, Latinoamérica y el norte de África, si bien confía en recuperar cuota en el mercado nacional.

La compañía, que actualmente tiene 65 trabajadores, inauguró ayer su nueva planta de ensamblaje en el polígono Centrovía de La Muela, un acto al que asistieron el presidente del grupo Pikolín, Alfonso Soláns; el consejero delegado, José Antonio González; la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; y el consejero de Economía, Francisco Bono, así como otros directivos de ambas firmas, clientes y distribuidores. El traslado desde El Portazgo hasta la nueva sede ha supuesto una inversión de 600.000 euros. Ocupa 30.000 metros cuadrados (la mitad construidos) y cuenta con una línea de montaje en la que se emplean piezas de proveedores aragoneses, así como una zona con producto terminado para su expedición.

Sin embargo, la parte más destacada es una máquina de control de calidad que mide todos los parámetros de cada una de las camas que fabrica Pardo. El examen revisa desde el funcionamiento de los motores, su consumo, ruido y potencia, hasta su correcto desplazamiento. Vigila que se cumplan todos los requerimientos técnicos y, para ello, hace pruebas con peso real. "Es una máquina única en el mundo creada con nuestra propia innovación", resaltó Íñigo Moreno, director comercial de la firma. "Es una herramienta imprescindible cuando se trabaja en el mercado de la salud y el descanso con productos de alto valor tecnológico", añadió.

La división sanitaria de Industrias Pardo representa el 50% de sus ventas. En España, seis de cada diez camas de hospital son de la marca aragonesa, mientras que el 40% corresponde a exportaciones. Además, Pardo ha permitido al grupo presidido por Alfonso Soláns diversificar su negocio para conquistar una posición destacada en todos los segmentos del descanso: doméstico, hostelero y sociosanitario. Su origen familiar, ser un referente dentro de su sector y la vocación internacional como vía de crecimiento manteniendo su compromismo local son tres señas de identidad que han facilitado su rápida integración en el grupo Pikolín, según afirmaron fuentes de la compañía.