Las infraestructuras físicas y las nuevas tecnologías son las claves aragonesas para adaptarse a la globalización. Este fue el diagnóstico expuesto ayer por Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Educación a Distancia, en el ciclo de conferencias Aragón, valor de futuro que ayer se inició en la sede zaragozana de Ibercaja, organizado por el Colegio Mayor Miraflores.

En la conferencia Aragón y la globalización , Iranzo reconoció a la comunidad una serie de ventajas de partida entre las que destacó el crecimiento económico acumulativo en los últimos 27 años, su convergencia con la media europea (100), que ha pasado del índice 101 al 107, así como el aumento del 2% acumulativo anual de la productividad. Con esas premisas, insistió el director del IEE, "lo que tiene que hacer Aragón es asimilar la globalización", considerando que "tiene una importante ventaja competitiva en la formación, que está por encima de la media nacional; una ventaja estratégica de situación y una concentración de la actividad en Zaragoza que permite integrar a través de las nuevas tecnologías al resto de la comunidad". Destacó, por supuesto, que la adaptación a los retos que plantea la globalización se deben orientar "a través de los servicios, y la innovación y no en sectores que requieran mano de obra intensiva".

Iranzo, no obstante, definió las perspectivas económicas actuales como de "incertidumbre", ante situaciones que consideró como "inéditas" en la historia de la humanidad, en las que incluyó la globalización y las telecomunicaciones y la informática. "El mundo siempre ha evolucionado coincidiendo con los cambios tecnológicos", aclaró. También incidió en que acostumbra a haber un "desfase" entre el ciclo económico y el político.