Lugares tan heterogéneos y singulares como Cabo Norte, en Noruega, las Islas Seychelles del Océano Índico, Nueva Caledonia, en el suroeste del Pacífico, el chileno desierto de Atacama o la cordillera de los Andes tienen en común algo más que su exotismo y belleza natural. En ellos hay estaciones meteorológicas que recogen información de todos los parámetros atmosféricos. Y el encargado de esta misión es un data logger aragonés, el corazón de una estación de medición de viento. Este aparato ha sido diseñado y desarrollado por KinTech, una empresa familiar especializada en telecomunicaciones máquina a máquina (GSM) y electrónica de bajo consumo, que nació en el año 2000 y que exporta el 100% de su productos tecnológicos a 80 países de los cinco continentes.

Su director general, Tirso Vázquez, admite que la firma aprovechó el boom de las energías renovables, y en concreto de la eólica, que España vivió a comienzos del siglo XXI para erigirse como líder del sector. "En 1999 empezamos a intentar desarrollos electrónicos porque entendimos que era un área relativamente selecta", explica. "Hicimos varios proyectos de hardware y encontramos un hueco en la actividad eólica porque la instrumentación que se utilizaba era deficiente. Era un mercado nicho en el que el material que se empleaba era mejorable y a precios altos", argumenta. Así, después de dos años de trabajo, crearon un data logger, el aparato que recoge, graba y transmite de forma remota toda la información al promotor del parque eólico. "Las campañas de evaluación del recurso eólico son fundamentales porque cada vez que un promotor estudia una inversión de esta magnitud necesita conocer las condiciones de manera precisa y fiable", considera.

La estructura de este sistema creado por KinTech está compuesta por una antena de unos 100 metros de altura. Arriba se colocan los sensores para medir la dirección y la velocidad del viento, mientras que el data-logger se ubica más abajo (a 10 metros del suelo). Toda la tecnología está "hecha en casa" y la firma aragonesa también se ocupa de la venta. La fabricación está externalizada pero es española, aunque los componentes proceden de varias partes del mundo.

Vázquez reconoce que, actualmente, el sector de las renovables en España está "muerto", pero KinTech se adelantó a este declive en el 2005. "Nos planteamos empezar a exportar, fijando como objetivos mercados grandes", recuerda. Se iniciaron en las ferias de la mano del ICEX y Aragón Exterior. Francia e Italia fueron los primeros; luego llegarían decenas más. Incluso abrió delegaciones en India (2008) y China (2009). Ambos países aglutinan cada uno a partes iguales el 20% de su facturación, junto con Brasil, Europa y el resto del mundo. Por eso, entre sus clientes están las empresas más importantes del mundo del sector de la energía. A ello ha contribuido su diversificación