"Las empresas siempre deben ser proyectos inacabados". Es una de las sugerentes frases que pueden leerse en las paredes de cristal que dividen interiormente las oficinas del grupo Telnet Redes Inteligentes, un aviso para navegantes del estilo y la filosofía de trabajo que inspira a esta pujante --aunque algo desconocida-- compañía aragonesa. Tras 20 años de andadura, este grupo ha conseguido asentarse como un referente mundial en el cambiante mercado de las telecomunicaciones, con varias líneas de negocio de base tecnológica centradas en el desarrollo y la fabricación propia de antenas de telefonía móvil, equipos de banda ancha y cables de fibra óptica; productos que hacen posibles las comunicaciones por móvil o el acceso a internet. En la mayor crisis de la historia, la empresa no ha dejado de crecer con fuerza a base de constantes inversiones. Ya emplea a 215 trabajadores (170 en plantilla) y exporta a una treintena de países, en algunos con filiales propias. Su receta de éxito es la innovación, un departamento dotado con 40 ingenieros y hasta cuatro laboratorios.

La historia de Telnet está íntimamente ligada a la figura de Manuel Villarig, un teleco de vocación que puso en marcha la compañía en 1994 tras su salida de la empresa Cables de Comunicaciones, donde ejerció durante 20 años como responsable de I+D. Debido a un cambio en la propiedad de esta firma y coincidiendo con las crisis de principios de los 90, "no se les ocurrió otra cosa" que cerrar el centro de innovación tecnológica que él dirigía en Zaragoza. "Teníamos proyectos fabulosos y muy avanzados en su época, con un equipo a mi cargo de unas 50 personas", recuerda orgulloso. Villarig rechazó el puesto "rimbombante" que le ofrecieron y, tras negociar su baja, decidió emprender su propia empresa.

Subasta de Siemens

"Empecé solo y poco a poco fui contratando a gente", explica el fundador de Telnet, que en los inicios funcionó con el nombre de Intelnet y con sede en la incubadora empresarial CEEI Aragón. A finales de 1995 ya eran cinco personas. La primera actividad se centró en la fabricación de componentes de interconexión para redes de fibra óptica, de cuya introducción en España para las telecomunicaciones Villarig fue uno de los pioneros. En paralelo, la empresa desarrolló equipos de banda ancha por fibra óptica, la actividad estrella que más le hizo crecer en los inicios.

En el 2002 Telnet decide abordar una nueva actividad a raíz de que Corning echara el cierre a la fábrica de fibra óptica que tenía en Zaragoza para, curiosamente, centrarse en cables de cobre, que hoy "están sentenciados a muerte". Convencido de que la fibra óptica "no había hecho más que empezar", Villarig apostó por esta línea y en el 2004 abría un centro de producción en el polígono Centrovía de La Muela.

Años después se repite la historia. En el 2008, Siemens cierra su fábrica de cabinas telefónicas de Zaragoza por el advenimiento de los móviles y da al traste también a una pequeña célula de fabricación de antenas de telefonía móvil. Telnet vio una nueva oportunidad y se hizo con esos activos en la subasta que siguió a la liquidación de la planta, y contratando a su vez a varios ingenieros despedidos por Siemens que estaban a cargo de ese proyecto.

Este ritmo de consolidación y crecimiento ha sido constante en los años sucesivos, incluso durante la crisis. Así, a finales del 2012 contaba con 150 trabajadores y ahora emplea a 215.

Salto al exterior

Desde el 2008, Telnet tiene centralizada su actividad en el polígono Centrovía, donde, además del edificio corporativo, cuenta con un centro de I+D, varios laboratorios y sus tres centros de producción: de equipos de banda ancha, de cables de fibra óptica (actualmente, a tres turnos de trabajo) y de antenas de telefonía móvil. En los últimos años el grupo empresarial se ha ampliado con dos nuevas sociedades tecnológicas (Energy Minus y Satya) que prometen dar grandes alegrías en un futuro próximo. Además, en el 2009 compró el 30% de la entonces embrionaria Ferox Communications, que se dedica al diseño y la fabricación de radioenlaces de alta velocidad. La red se completa con una oficina comercial y de márketing en Madrid.

Otro de los hitos ha sido el salto al mercado exterior, cuyos resultados están siendo deslumbrantes. El desarrollo internacional está siendo pilotado por Jorge Herrero como director de Exportaciones y el primer paso fue la apertura en el 2009 de una filial en Portugal (Netibertel) para la venta de sus productos en el país vecino. En paralelo, a través de acuerdos comerciales, ha ido exportando con cierta regularidad a una treintena de países, entre ellos Rusia, Turquía, China, Estados Unidos y múltiples estados europeos, de Oriente Medio y el norte de África. Sus ventas también van en aumento en Sudamérica, donde este año ha constituido una empresa filial en Santiago de Chile, llamada Telnet América.

Esta apuesta ha disparado sus exportaciones. En el 2012 suponían el 5% de la cifra de negocio, mientras que un año después representan el 25% sobre una ventas totales de 27,6 millones de euros. Las previsiones para el 2014 pasan por crecer un 30%, hasta 35 millones. "Cada vez tenemos más opciones porque nos conocen más".

Entre sus clientes figuran la mayoría de las operadoras de telecomunicaciones que hay en España, con Telefónica a la cabeza, y otras muchas extranjeras.