El anuncio de fusión entre dos entidades bancarias suele ir parejo de, como mínimo, inquietud entre los trabajadores de las mismas. Pues uno de los objetivos de este tipo de integraciones, como la anunciada este pasado jueves entre Caixabank y Bankia, es el de unir fuerzas, economizar esfuerzos y reducir duplicidades. Los 44.000 empleados directos que suman estos dos gigantes financieros aguardan a la formalización de la operación, aunque los sindicatos ya anticipan que el nuevo proyecto que salga de la misma puede traer consigo recortes de personal. "Hay una preocupción considerable", ha reconocido este viernes el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, a preguntas de los periodistas.

Mantener el empleo y, en la medida de que ello no sea posible, que las salidas no sean traumáticas. Este es el mensaje que han lanzado este viernes CCOO y UGT sobre el acuerdo de fusión entre Caixabank y Bankia. Dos gigantes que juntos suman cerca de 6.600 sucursales, con una coincidencia asimétrica en cuanto a territorios. Fuentes consultadas de ambos sindicatos coinciden en que Catalunya tiene pocos números de sufrir recortes en cuanto a oficinas, pues la presencia de Bankia en dicho territorio es escasa. Especialmente tras los recortes de personal planteados tras el rescate público de la entidad.

Donde sí puede haber más riesgo de pisarse entre sucursales es en la Comunitat Valenciana, donde distintas informaciones apuntan a que será donde se ubicará la sede del nuevo banco. Caixabank mantiene actualmente allí unos 1.900 empleados, frente a los 2.500 de Bankia, robusta en esos lares tras la absorción de la antigua caja de ahorros Bancaja. Madrid es otra plaza donde, por capitalidad, ambas entidades tienen una intensa presencia. Aunque Bankia (6.500), por historia, duplica en empleados a el banco de origen catalán (unos 3.200); según datos sindicales.

El sector bancario en su conjunto lleva inmerso en los últimos años en un proceso de reducción de oficinas, debido a la digitalización de los procesos y la voluntad de ahorrar costes ante los bajos tipos. La propia Caixabank cerró el año pasado un ere de más de 2.000 despidos."Que va haber cierres de oficinas seguro, pero es que ya los iba a haber", señala el responsable del sector financiero de CCOO, Joan Sierra.

No obstante, la fusión puede acelerar dicho proceso y extenderlo a otras divisiones que hasta ahora no se habían visto afectadas. "En la red de oficinas sí que habrá duplicidad, pero es una duplicidad que me preocupa un poco menos. Donde sí habrá una duplicidad que me preocupa es en las torres", afirma el responsable del sector financiero de UGT, Victoriano Miravete. Es decir, en divisiones de servicios y dirección más centralizadas.

FUSIÓN DE SALARIO Y CONDICIONES

Esos procesos de hipotéticas reestructuraciones no llegarán hasta, como mínimo, ya entrado el 2021. Pues la operación entre Caixabank y Bankia todavía se encuentra en la fase de due diligence y debe pasar las revisiones de la autoridad pública y el ok definitivo de sus respectivos accionistas, entre otros. Una vez lleguen las reestructuraciones, las centrales exigen recursos suficientes para poder enmarcarlos en planes de salidas incentivadas. ¿Hay gente ahora mismo con 52 años o más para salir? Sí. ¿Hay tanta como para las salidas que puedan plantear? Veremos. Todavía es muy pronto y esto va para largo, señala Miravete, de UGT.

Otro tema que van a tener que resolver las dos entidades una vez se conviertan en una es la armonización de las condiciones laborales de sus empleados. Nos hemos encontrado con otras entidades que han hecho fusiones hace unos años y que a día de hoy aun no han unificado las condiciones de sus plantillas. Eso en bancos que ha ido absorbiendo Caixabank no ha pasado históricamente. Veremos como se aborda, pero llegamos con acuerdos muy buenos en el sector y habrá que armonizarlo, apunta Sierra, de CCOO.