La internacionalización de la economía española pierde fuerza. El índice de solidez de la internacionalización de las empresas industriales españolas (ISI) bajó el 6,25% en el 2019. Este índice, elaborado por la asociación de empresas internacionalizadas Amec, muestra mediante la recopilación de 19 indicadores el grado de desarrollo en ese aspecto y avanzar de esta manera la evolución futura de la economía. Según Amec, "después de una mejora global en los últimos años, el índice experimenta un retroceso principalmente por el menor dinamismo de las inversiones en el extranjero respecto del año anterior". "Los indicadores del ISI referentes a la intensidad tecnológica y la inversión pública en internacionalización siguen bajo mínimos pese al llamamiento unánime sobre la necesidad deuna mayor apuesta por la tecnología y la innovación en la industria", concluye Amec. Para el director general de Amec, Joan Tristany, "La industria y el mercado exterior son locomotoras y pueden contribuir de forma determinante en la recuperación del PIB".

Tristany advierte de que el empeoramiento de los niveles de inversión en el extranjero "no es una buena noticia", en especial en el contexto actual, en el que las empresas deben apoyarse en la red de filiales en el exterior si quieren vencer las trabas a la movilidad. Pese al mal indicador, Tristany está convencido de que la solidez de la internacionalización de las empresas industriales españolas "sigue siendo buena", aunque la caída del índice hace prever más dificultades en los próximos meses.

El ISI 2019 presenta, sin embargo, mejoras en indicadores como el de exportadores regulares, el de base exportadora, el de diversificación geográfica de la inversión y el indicador de instrumentos financieros. Por el contrario, el ISI muestra varios indicadores con contribuciones muy negativas y que además son fundamentales para la marcha de las empresas, como el Indicador de Barreras a la Exportación, el Indicador de Inversión Pública a la internacionalización y el de Intensidad Tecnológica. Estos dos últimos no han variado su comportamiento respecto del año anterior a pesar de la gran necesidad de una mayor apuesta por la tecnología y la innovación en la industria, aún más en el actual proceso de transformación, motivado por la digitalización.

"Nos encontramos en un momento decisivo, en el que necesitamos una política industrial que ponga todos los esfuerzos en la digitalización, la innovación y la internacionalización", según Tristany. Sin embargo, Tristany opina que este apoyo debe apostar por un cambio de modelo productivo. El ISI, índice creado por Amec en el 2015 y que se actualiza cada año, tiene como objetivo recoger de forma sintética la fortaleza de la internacionalización y observar la evolución de la misma. Anteriormente, la internacionalización se había medido de forma separada a partir de aspectos como el volumen de exportaciones, la diversificación de los destinos, el número de empresas exportadoras o el nivel tecnológico de las exportaciones. Este índice aporta una visión global y más sistémica, que va desde controlar el número de firmas exportadoras e implantadas en el exterior, hasta analizar los procesos de concentración empresarial y sectorial de las exportaciones, las pymes exportadoras, la variación de las exportaciones, el peso de las mismas en el PIB, la cuota de las exportaciones mundiales, la inversión en el exterior y la inversión extranjera, la diversificación geográfica de las exportaciones y de la inversión, el nivel tecnológico de las exportaciones, la variación de precios de éstas, la participación en las cadenas de valor internacionales, los instrumentos financieros para la internacionalización, los establecimientos en el exterior, el presupuesto público para la internacionalización y las barreras a la exportación.