La intervención del Banco Popular ha afectado de lleno a Liberbank. La entidad controlada por Cajastur, y de la que también participan Caja Extremadura y Caja Cantabria, ha tenido la mala suerte de ser el único de los bancos pequeños surgidos de las cajas que cotiza en bolsa en estos días de miedo y especulación en el mercado. Parte de sus inversores temen que les suceda como a los accionistas y propietarios de la deuda convertible del Popular, que han perdido todo su dinero, y los especuladores están aprovechando para cebarse con la entidad mediante sus apuestas a la bajada de la acción.

Los títulos del banco se hundieron ayer en bolsa el 17,58%, a los 0,68 euros, con lo que han bajado el 40,61% en la semana. La entidad, una de las que más subía en el mercado continuo desde principios de año hasta mediados de mayo (alcanzó los 1,26 euros), ha encadenado 10 sesiones a la baja en las que ha perdido más de la mitad de su valor. «Muchos accionistas de Liberbank se están dado cuenta de que ellos pueden ser los próximos y, ante las mínimas dudas de viabilidad, el repliegue es importante», explica Rodrigo García, analista de XTB.

Fuentes de la entidad sostienen que, al contrario que en el caso del Popular, el miedo no se ha contagiado a los clientes y no se están produciendo fugas masivas de depósitos. El banco destaca que está siendo víctima de un ataque especulativo, encabezado por los apostadores bajistas que contribuyeron a la debacle de la entidad vendida al Santander por un euro, pero subrayan que la situación de su balance y su liquidez no tiene comparación y que así se lo están reconociendo las autoridades y los analistas.

DIFERENCIAS / La mayor similitud entre ambas entidades es que Liberbank también tiene un nivel bajo de coberturas para hacer frente a las pérdidas inmobiliarias (45%). Su morosidad (13% hasta marzo) es más alta que la de sus competidores, pero inferior a la del Popular (14,91%). En cualquier caso, lo más relevante es que la entidad surgida de las cajas tendría un capital, si los requisitos de capital previstos para el 2019 estuvieran ya vigentes, del 11,1%, frente al 7,33% del Popular, además de contar con mayor liquidez (6.949 millones), de dar beneficios (128,2 millones el año pasado y 32 millones en el primer trimestre) y de tener el valor de sus activos actualizados al cierre del 2016.

«Las caídas en bolsa no son una causa de la situación de la compañía, sino una consecuencia. Si los que pierden la confianza en Liberbank son únicamente los accionistas, no habrá mayores problemas. En cambio, si las pérdidas de valor en bolsa vienen acompañadas de una fuga de capitales masiva, hecho que de momento está lejos de producirse, debemos prepararnos para volver a ver el mecanismo de resolución actuar de nuevo», apunta García.

EFECTOS COLATERALES / Un escudo importante para Liberbank es su núcleo estable: el consejo de administración controla aproximadamente el 60% del capital, que llega al 70% con los socios afines. Para lanzar un mensaje de tranquilidad y confianza, la Corporación Masaveu, cuarto mayor accionista del banco, ha elevado su participación hasta el 5,6%. En la misma línea, el consejero delegado del banco, Manuel Menéndez, ha aumentado su participación hasta el 0,048%.

Un 30% de las acciones son las que cotizan en bolsa. Según estimaciones de fuentes del mercado, un tercio de estos títulos ha cambiado de manos en las últimas dos sesiones, un porcentaje elevadísimo y muy superior al normal, del que en torno a la mitad se estima que puede deberse a las apuestas bajistas de los especuladores. La últimas cifras oficiales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apuntan a que el banco tenía el 1,39% de su capital en estas llamadas posiciones cortas el pasado 26 de mayo, pero todo apunta a que el porcentaje ha subido en las últimas fechas, y particularmente desde la intervención del Banco Popular del pasado miércoles.