El aumento de la tensión política relacionada con Corea del Norte actúa en favor de los paraísos seguros. El precio del oro se incrementó el 2,6%, hasta los 1.286 dólares la onza, solo en 48 horas, en plena escalada belicista entre Estados Unidos y Corea del Norte los pasados 9 y 10 de agosto. Pero no era más que una pequeña muestra de lo que ha venido ocurriendo a lo largo del año. «La situación geopolítica es un conocido comodín en el mercado de las materias primas y recibe atención mundial», afirma Norbert Rüker, analista de Julius Baer.

Según las expectativas de la sociedad de inversión, las tensiones geopolíticas aportan a su vez tensión a los precios, pero al mismo tiempo defiende que este será «un breve y temporal movimiento de activos hacía paraísos seguros, pero sin que tenga un impacto a largo plazo en el mercado», señala Rüker. Claro, que todo esto ocurre cuando el oro ya se ha revalorizado el 12,8% en dólares en lo que va de año. Algo parecido a lo que ha ocurrido con el petróleo.

EURO AL ALZA

De hecho, es una tendencia en el mercado que los episodios de dólar bajista coincidan con incrementos de las materias primas. También con otras monedas, como el euro. En el mercado de divisas, el euro se cambia con el dólar a 1,18 aunque viene de una relación de cambio mucho más alta: 1,054 euros por dólar al cierre del 2016. Es decir, que se ha revalorizado el 11,4% con respecto a la divisas norteamericana este año.

«Los inversores estadounidenses están comprando en Europa y necesitan euros. Además, los expertos en divisas apuntan que el euro seguirá al alza por las elecciones en Alemania», destaca Ángel Pérez, analista de del departamento de análisis de Renta 4 Banco.

Defienden los expertos que los mercados ya han descontado la expectativa de subidas de tipos de interés en EEUU, que suele ir aparejada con un fortalecimiento de la moneda. En ese entorno el dólar tiende a subir. Y así ocurrió hasta primeros de este año. «En este momento la expectativa de subida de tipos de interés acompañan al euro», agrega Pérez, que justo ahora encara un periodo de subida de tipos.

El caso es que existen razones técnicas para que el oro mantenga su tendencia alcista, pero también las hay de fondo. Según Rafael Pampillón, profesor de IE Business School, el aumento del precio del oro se debe a un incremento de la demanda y a que la oferta es relativamente rígida. «¿Por qué se está demandando más oro? Primero, porque se ha convertido en un valor seguro en momentos de incertidumbre. Frente a un dólar que pierde valor, la compra de oro es una huida hacia la calidad. Así, los bancos centrales de muchas economías emergentes se están deshaciendo de dólares estadounidenses y comprando otros activos, como, por ejemplo, este metal. Se trata de una estrategia diversificadora e inteligente de sus reservas», explica.

Además, ante posibles aumentos en la inflación, el oro proporciona una cobertura que blinda al inversor del deterioro que se puede producir en algunos activos financieros en situaciones inflacionistas. Si el dólar se deprecia como así ha venido ocurriendo, se convierte en un activo alternativo al dólar para inversores y bancos centrales. Y Pampillón agrega: «Si vamos hacia un tipo de patrón oro, como proponen algunos, los bancos centrales necesitarán comprar este metal para aumentar sus reservas de este metal y poder emitir así base monetaria».

TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN

En los mercados circulan diferentes teorías sobre la situación actual de los metales preciosos. Entre ellas, cabe mencionar la teoría de la conspiración que se deriva del pacto de Shanghái. Se trata de un pacto secreto en el G-20 para debilitar al billete verde y calmar a los mercados financieros en la reunión que tuvo lugar en febrero de este año. Aunque oficialmente no se anunció ningún acuerdo sobre las divisas en esa reunión, el rumor es que se acordó un plan de acción a puerta cerrada que ha provocado una caída del dólar tras la cita, lo que ha incentivado un rally (alzas aceleradas) en las bolsas mundiales y las materias primas.

«Para cualquier teórico de las conspiraciones, todo está bastante claro», señala Chris Weston, estratega jefe de IG. «Hay un esfuerzo global y coordinado de los bancos centrales para debilitar al dólar, lo que ha provocado un proceso de menor riesgo en los mercados de crédito y de acciones».