Tras varios años en números rojos, el Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova) confía en dejar atrás las pérdidas en este 2017. Para conseguirlo, ya se ha marcado la estrategia a seguir: elevar los ingresos que obtiene a través de los proyectos europeos y lograr que cada vez más empresas españolas y extranjeras confíen en el centro público aragonés para que sea este el que desarrolle el departamento de I+D que ellas no pueden tener. «En el 2016 conseguimos reducir las pérdidas a la mitad y este año ya esperamos alcanzar el equilibrio», destacó ayer a este diario el director del Itainnova, Ángel Fernández Cuello, que llegó al cargo a finales del 2015.

El aumento en la cifra de empresas que reclaman los servicios del instituto, adscrito al Ejecutivo autonómico, ha permitido al Itainnova financiarse con recursos propios en un 80% y, según Fernández, ser la entidad pública «más sostenible» de Aragón.

El director del antiguo ITA aseguró que cuando aterrizó en el cargo tuvo que «restaurar» la oficina de proyectos europeos, un departamento en el que, precisamente, quiere cimentar la subida de los ingresos. Durante la crisis, la reducción de los fondos europeos golpeó con fuerza al instituto, que entró en números rojos. «Somos pequeños, pero tenemos que ir a pelear el dinero a Europa y entrar en más proyectos», incidió Fernández.

A ese equilibrio entre pérdidas e ingresos también ayudará el incremento de la aportación del Ejecutivo autonómico. El presidente de la DGA, Javier Lambán, aseguró ayer durante su vista al Itainnova que su presupuesto crecerá este año en un 57%, pasando de 1,5 millones a 2,4. «El ITA es el instrumento más potente del que dispone Aragón para colaborar con la innovación de las empresas y realiza un servicio impagable para la economía aragonesa», dijo Lambán.

El instituto, que en el 2009 celebró su 25 aniversario, también quiere elevar sus ingresos llegando a más empresas. Por eso, está desarrollando unos programas de asesoría para que la pymes aragonesas se suban con su ayuda al «carrro» de la industria 4.0. «Vemos que están un poco desconconcertadas y que necesitan una visión de lo que se les viene encima con la transformación digital y el paso de la industria manifacturarera a la 4.0», indicó Fernández.

En este sentido, el centro también aspira a trabajar para más sectores (la automoción, la maquinaria de obras públicas, los bienes de equipo, los ascensores y las papeleras representan casi el 70% de su facturación). «Sobre todo queremos entrar en la industria transformadora agroalimentaria, que es muy potente en Aragón», concluyó Fernández.