Los salarios se están recuperando e incluso ganado terreno a la inflación, no obstante, no para la mayoría del común de trabajadores. Los subordinados son los que han sufrido las peores consecuencias de la crisis y los que actualmente no se están beneficiando de los frutos de la llamada recuperación. Así lo constata el informe presentado este jueves por la escuela de negocios Eada y la consultora ICSA bajo el título Evolución salarial 2007-2018, que muestra que los trabajadores sin subordinados tienen hoy sueldos que han perdido poder adquisitivo tras el estallido de la crisis.

Los datos del informe se basan en variables de cinco sectores, 53 actividades económicas diferentes y más de 500 puestos de trabajo y revelan que el soldado de a pie del mundo laboral ha visto como su remuneración media ha aumentado el 16,5%, tres décimas por debajo de la inflación acumulada. El salario medio fue en el 2018, según recoge el informe, de 22.819 euros anuales. "No ha habido un impacto significativo de la recuperación económica en esas rentas salariales", ha afirmado durante la presentación del informe el presidente de ICSA, Ernesto Poveda. No hay señales de que ello vaya a cambiar a corto plazo y a la larga puede generar tensiones sociales, ha advertido el profesor de Eada Jordi Costa.

Diferente suerte han corrido los salarios de los capataces o mandos intermedios y la de los jefes o directivos. Los primeros han visto como, tras la crisis, su poder adquisitivo ha aumentado el 1,2%, descontando inflación, hasta los 41.507 euros en el 2018. Una relación en cuanto salario 1,8 veces más alta que sus subordinados inmediatos. Más provechosa todavía ha sido la última década para los directivos, que han ganado el 2,5% de poder adquisitivo en sus remuneraciones, hasta los 81.059 euros anuales. Es decir, los jefes ganan 3,5 veces lo que ganan sus empleados.

CRECEN LAS DESIGUALDADES

La crisis y la evolución salarial posterior ha provocado un aumento de las desigualdades dentro del mercado laboral. Así lo constatan los datos en la comparativa 2007-2018. Al estallar la burbuja, un trabajador cobraba el 28,5% de lo que cobraba un directivo. En el 2018 la proporción era del 28,15%. Un comportamiento similar en la comparativa con los mandos intermedios, puesto que si en el 2007 un empleado cobraba el 56,3% del sueldo de su superior inmediato, en el 2018 cobraba el 55%

Y no solo entre estamentos laborales hay clases, pues el informe también revela sustanciales diferencias entre sectores dentro de las mismas posiciones jerárquicas en las empresas. Los altos cargos en la banca, los mejores remunerados, cobraron en el 2018 una media de 91.071 euros al año. Casi 20.000 euros más que los del sector del turismo o comercio, los peor remunerados con una media de 72.688 euros anuales.

Una proporción que, pese a que no se reproduce en los cargos intermedios, sí lo hace entre los empleados de los mismos sectores. Tratar de manera tan poco razonable al principal aportador de riqueza en este país solo nos puede llevar a perder posiciones en el mercado internacional, ha considerado el presidente de ICSA.