Los jóvenes que se incorporaron al mercado laboral desde la crisis financiera del 2008 han sufrido un nivel de ingresos anual inferior al de sus homólogos de generaciones anteriores. Así lo ha constatado este lunes el Banco de España en un informe, en el que también se señala que, en el largo plazo, las rentas laborales registran una tendencia decreciente en los trabajadores más formados y creciente para los menos cualificados.

El estudio, elaborado por los economistas Sergio Puente y Ana Regil, destaca que, hasta la Gran Recesión, las rentas anuales de los jóvenes menos preparados iban mejorando, mientras que en las de los cualificados se observaba cierta estabilidad. El estallido de la burbuja, sin embargo, provocó menores oportunidades de empleo, especialmente en el primer colectivo, así como una caída de los salarios por hora trabajada, que sufrió más el segundo grupo.

Los autores destacan que las caídas de rentas subsiguientes pudieron tener un "cierto componente cíclico, por lo que es de esperar que no sean permanentes". Sin embargo, también advierten de que el desempleo, especialmente el de larga duración, puede "lastrar" el desarrollo futuro de las carreras laborales. "Este factor es especialmente importante para los jóvenes que han entrado en el mercado laboral en un momento de recesión, dado que la acumulación de experiencia laboral a una edad temprana es particularmente relevante para un buen desarrollo profesional futuro", subrayan.

TEMPORALIDAD

En cuanto a los salarios medios mensuales a tiempo completo, hasta la llegada de la crisis presentaban una "estabilidad" bastante marcada entre los jóvenes de distintas generaciones, tan solo rota por ligeras subidas en el caso de los jóvenes menos formados, y pequeñas bajadas en los trabajadores de mediana edad más cualificados. Sin embargo, la llegada de esa crisis provocó moderaciones salariales generalizadas para las nuevas cohortes, que han sido más intensas para los trabajadores más formados

El documento también destaca que la temporalidad en el empleo aumentó durante el período 1984-1993 en todas las generaciones, niveles educativos y edades debido a un cambio regulatorio (Acuerdo Económico y Social de 1984). Los jóvenes de las nuevas generaciones, añade, han visto caer progresivamente desde entonces tanto la tasa de temporalidad al inicio de sus carreras como la edad a la que obtienen su primer trabajo indefinido.

Sin embargo, la duración media de los contratos temporales de los trabajadores menos cualificados ha bajado desde los entre cuatro y cinco meses del 2005 hasta los tres meses en el 2017. Además, los autores han observado una "clara tendencia estructural" hacia una menor duración de la jornada que afectaría a todos los grupos de edad y de nivel de educación y que en su mayor parte es involuntaria (no deseada por los trabajadores). En los últimos años, señala el informe, esa tendencia se ha acelerado en las edades más tempranas, tanto para los menos formados como entre los jóvenes con estudios medios.