La dirección de la firma textil aragonesa Cardinter recurrió la semana pasada la solicitud de concurso necesario por parte de la plantilla, por lo que el próximo 10 de junio habrá una vista en la que participarán las dos partes. Tras escuchar los argumentos de ambas, el juez deberá decidir si la empresa entra en concurso de acreedores o no.

Se da la circunstancia de que una de las razones que alega la empresa para oponerse al concurso es que no es insolvente. Sin embargo, los 38 despedidos por el último Expediente de Regulación de Empleo (ERE) no van a recibir ninguna indemnización por parte de Cardinter "porque no tiene dinero", afirmaron sus responsables en las sucesivas reuniones durante la negociación. En este sentido, según ha podido saber este diario, su propietario, Javier Cardenal, tiene todo su patrimonio personal embargado.

Los afectados piden que se declare la suspensión de pagos para que la gestión de la firma, en la que permanece una decena de empleados, pase a un administrador concursal. Los sindicatos están indignados y entienden que la justicia "debería actuar de oficio en casos y situaciones como esta". En su opinión, la intención de Cardenal es "ganar tiempo" y creen que al final "liquidará la compañía" y trasladará su producción a Túnez, donde tiene otra planta.

Cardinter (Cardenal Internacional) ya prescindió en mayo del año pasado de 50 empleados mediante un ERE de extinción. La firma está especializada en la confección de trajes de ceremonia para caballero, tiene más de 20 años de vida y llegó a emplear a más de 400 personas. En el 2011, el grupo textil cerró la planta que tenía en la localidad navarra de Fitero, donde trabajaban 107 personas.