No se lo esperaban. El juez Fernando Andreu sorprendió al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa y de Bankia Rodrigo Rato al aceptar la petición del fiscal anticorrupción y ayer les impuso una fianza en concepto de responsabilidad civil de 19 millones de euros por el dinero gastado por ellos y sus consejeros desde el 2003 hasta el 2012 con las tarjetas b. En sus comparecencias judiciales, al igual que el exdirector general Iledefonso Sánchez Barcoj, defendieron la legalidad de sus business porque eran un complemento de sus retribuciones, aunque solo suponían un 2% de su salario.

El juez les imputa un delito de administración desleal continuada. Por ello, les hace responsables de los 15,2 millones de euros que Blesa y sus consejeros gastaron entre los años 2003 y 2009. A esta cantidad se añade un 25% por la posible multa que se les puede imponer. Por su parte, Rato deberá depositar tres millones de euros. El FROB se sumó a la petición de la fiscalía y las defensas de los imputados se negaron a esta medida. Los exbanqueros tienen de plazo hasta el miércoles para depositar este dinero y si no lo hacen se procederá al embargo de sus bienes.

Esta cantidad ha sido fijada tras las "decepcionantes" declaraciones de los exbanqueros Blesa, Rato y Sánchez Barcoj, según fuentes de la acusación. El expresidente de Caja Madrid explicó que los más de 400.000 euros que se gastó con su tarjeta b eran "dinero de libre disposición", mientras que Barcoj aseguró que era "una retribución flexible", y Rato manifestó que "era un instrumento de pago".

USO PERSONAL

Además, los tres coincidieron en subrayar que estos gastos eran de "uso personal" y reconocieron que eran titulares de otra tarjeta corporativa, aunque Blesa admitió que no la usaba mucho. Asimismo, los exdirectivos responsabilizaron a los bancos de sus pagos a Hacienda. El expresidente de Bankia contó al juez que estaba convencido de que el banco le descontaba de su salario el dinero que gastaba con su tarjeta y que restituyó los más de 90.000 euros que usó con su business el pasado mes de julio cuando descubrió que no era así. El exministro también informó al juez de que había devuelto a la Fundación Caja Madrid el dinero que gastó en esta entidad.

Por su parte, Blesa defendió que el dinero que gastó era parte de su salario y que, por este motivo no lo ha reintegrado, aunque ha acudido a Hacienda donde ha presentado una declaración complementaria. Sánchez Barcoj ha depositado en el juzgado los más de 400.000 euros que gastó con su tarjeta b.

Asimismo, Blesa aseguró que cuando llegó a Caja Madrid en 1999 ya existía este medio de pago y que él decidió mantenerlo. La misma versión ofreció Rato, quien aseguró que conocía con anterioridad a acceder a la presidencia la existencia de este medio de pago.

Los tres también negaron que estas tarjetas fueran opacas. «Eran transparentes», apostilló Blesa, aunque no supo explicar porque no aparecían en los capítulos de retribuciones sino en una cuenta de quebrantos. Las explicaciones de Blesa provocaron que el fiscal Alejandro Luzón le acabara preguntado si él presidía la Caja Madrid después de afirmar que nadie le informaba de nada sobre quién recibía las tarjetas y cómo se contabilizaban.

DOS HORAS DE ADELANTO

Las comparecencias de los tres banqueros se prolongaron durante tres horas. Blesa se presentó dos horas antes de su cita en la Audiencia Nacional y tras declarar permaneció en esta sede judicial otra hora a la espera de que el juez le comunicara la imposición de la fianza que le fue comunicada cuando abandonó el tribunal. Los imputados fueron recibidos por una cincuentena de afectados de los preferentes que les increparon por el uso de estas tarjetas. «Chorizos», fue el grito más coreado.