Un juzgado de Barcelona ha declarado la situación de incapacidad permanente absoluta, con una pensión mensual de 1.815 euros, a J. L. F. M, de 52 años y mecánico de automoción de profesión, que padece una psoriasis grave, una enfermedad inflamatoria cutánea. De esta manera, la justicia ha vuelto a enmendar la plana al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) que hace un año le denegó la incapacidad en cualquiera de sus grados.

La sentencia ha sido dictada ante la demanda presentada por el afectado, representado por Tribunal Médico. La magistrada Ana Marina Conejo ha concedido al mecánico una incapacidad permanente de las de mayor grado (absoluta). Y es que J. L. F. M. padece un tipo de psoriasis grave que le obliga a una hospitalización de un día en observación cada dos semanas tras aplicarle la fuerte medicación que precisa.

Su enfermedad, según la sentencia, «le produce reaparición de brotes en manos y pies, con episodios de sobreinfección bacteriana». Ello ha derivado, aparte de la descamación de la piel, en artritis con dificultad de agarre de objetos. A ello se suma que «en extremidades inferiores presenta deformaciones estructurales, asimetría en la huella plantar y el brotes agudos no tolera el uso del calzado». A las lesiones físicas se suma un trastorno depresivo mayor con necesidad parcial de hospitalización psiquiátrica.

La medicación que toma el J. L. F. M (metrotexato) se usa también para el cáncer y «enfermedades autoinmunes» y provoca, entre otros efectos secundarios, un aumento de probabilidad de infecciones graves, así como problemas gastrointestinales como diarreas, malestar y náuseas. La enfermedad, además, le produce artritis, principalmente en pequeñas articulaciones de de manos y pies, lo que le dificulta la acción de coger cosas.

El mecánico recibirá una pensión del 100% de su base reguladora, lo que significa una prestación de 1.815,67 € al mes.