El grupo Kongsberg Automotive tiene grandes planes para su planta de Épila. La factoría, que con cerca de 320 empleados es la más importante de la localidad zaragozana, va a seguir especializándose en la fabricación de tuberías metálicas para vehículos pesados (sobre todo camiones y autobuses) y para ello la compañía va invertir cinco millones de euros de aquí al 2022. El grupo noruego quiere que la planta de Épila se convierta en el centro de innovación y desarrollo para este tipo de vehículos, algo que garantiza el futuro de la factoría.

«El valor añadido de la planta va a crecer de forma exponencial porque además de fabricar nos encargaremos de diseñar productos y procesos», destacó ayer a este diario el gerente de la factoría, Eduardo Pamiés, que estimó que con este nuevo plan industrial la planta sumará en torno a 25 empleos hasta el 2022.

Antes de acometer el proyecto y abordar las futuras inversiones, la compañía tenía que asegurarse una serie de medidas de flexibilidad que le permitieran dar respuesta a cualquier pedido futuro. Por eso, la dirección y el comité iniciaron en enero la negociación de un nuevo convenio hasta el 2022 que ya ha sido ratificado por la plantilla. Gracias a él, la fábrica, que ahora trabaja a tres turnos, podrá producir si lo necesita sábados y domingos.

El nuevo pacto incluye una subida salarial del 2% para cada uno de los años del convenio con revisión del IPC real. «Pese a que no es la lógica con la que viene trabajando el sector, el final del acuerdo, transmite la idea de que es posible crecer en el sector, sin merma de condiciones laborales y económicas de los trabajadores», destacó la federación de Industria de CCOO.

«Lo más positivo para nosotros es que el acuerdo incluye el mantenimiento de la actual plantilla, que la planta gana peso dentro del grupo, que la flexibilidad será voluntaria y que los nuevos contratos tendrán las mismas condiciones que los actuales», subrayaron por su parte fuentes del comité de la fábrica de Épila.

PRINCIPALES CLIENTES / Las inversiones en la planta, que en 2015 celebró su 20 aniversario, permitirán aumentar la capacidad productiva, asumir procesos que ahora subcontrata y especializarse aún más en vehículo pesado. En sus inicios, su trabajo se concentraba en la industria del automóvil y el suministro de piezas a Opel era prioritario. En estos momentos, sus principales clientes en el segmento de vehículos industriales, que supone el 70% de su actividad, son Volvo, DAF, Scania y Daimler. La facturación de la planta se ha mantenido estable en los últimos años entre los 35-37 millones de euros.