El tiburón financiero Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, en la mítica película Wall Street (Oliver Stone, 1987) afirmaba: "La ambición, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona. La ambición clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución. La ambición en todas sus formas: la codicia de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la vida de la humanidad".

En noviembre del 2007, el Ibex 35 marcaba un máximo de 15.864 puntos, para desplomarse hasta los 6.089 en abril del 2012. El rebote le duraría tres años hasta los 11.866 puntos. Echen cuentas de las pérdidas a cierre de la semana actual. ¿En serio la avaricia es capaz de empujar los mercados? El miedo a perder es infinitamente más poderoso. El pánico de un mercado financiero bajista puede arrasar la estructura productiva del país más desarrollado del planeta. Que se lo pregunten a los damnificados de Terra, de Lehman o de las preferentes españolas.

El mundo ha cambiado y la ambición ya no es el faro que guía el viaje hacia el éxito de los yuppies. Los ejecutivos agresivos suenan casposos. La colaboración, la conciliación, la accesibilidad y la diversidad son los nuevos mantras de un mundo globalizado y complejo, pero obscenamente opulento en unas zonas y paupérrimo en otras. Sin barreras de edad, sexo o creencias, los emprendedores quieren conquistar la jungla de los negocios del futuro desde la ética y la sostenibilidad. En el 2020, del 75% de las empresas que cotizarán en el S&P --el índice bursátil de referencia en Estados Unidos--, aún no hemos oído hablar de ellas.

Emprendedores aragoneses como Pensumo, Podoactiva, Exovite, Te regalo una canción, Arelux, Mentalred, Libroraro, Cinemascomics, Hunteet, Social In Way, MyRetrobox, Soul and Soft, GP Ediciones o El Balcón de Alicia --auspiciadas muchas de ellas desde las administraciones aragonesas (Instituto Aragonés de Fomento, Zaragoza Activa, Ibercaja-)-- apuestan por compartir conocimiento, apoyos e ilusión, siempre dispuestos a comunicar sus proyectos, novedades y oportunidades de negocio. En la transparencia, en la ilusión y en un modelo de negocio adaptable a tiempos cambiantes está el secreto del éxito. Los tiempos de la avaricia han quedado atrás.