El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, explicó ayer en el Foro Mundial Económico que se reúne en la localidad suiza de Davos que la recuperación de los mercados financieros ha sido "espectacular" en los dos últimos años y que esta mejora ya está llegando a la economía real, a través de los tipos de interés.

Pese a su polémica afirmación --en países como España sigue sin fluir el crédito y es más caro que en los del centro de Europa--, el presidente del BCE admitió, no obstante, que la incipiente recuperación de la economía europea es aún "débil, frágil e incierta" y con riesgos a la baja.

Draghi subrayó la necesidad de seguir avanzando en la consolidación fiscal, pero con un nuevo sesgo: bajando impuestos e invirtiendo más en infraestructuras al tiempo que se cortan otros gastos. También pidió seguir avanzando en las reformas estructurales, sobre todo en el mercado laboral, y culpó a las legislaciones "contra los jóvenes" del elevado desempleo en este colectivo.

"No vemos deflación en la eurozona", remachó Draghi en contra del riesgo de una caída recesiva de precios que sí percibe el FMI. Según dijo, la débil evolución del IPC en España, Irlanda, Portugal o Grecia es por la necesidad de ganar competitividad.