El mayor obstáculo para el crecimiento a corto plazo, especialmente en la zona euro, es ahora la baja inflación. Al menos a ese riesgo ha apuntado este miércoles en un discurso Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), que la semana que viene celebra su reunión de primavera en Washington.

En su intervención en la Escuela de Studios Internacionales Avanzados, Lagarde ha reclamado al Banco Central Europeo --que se reúne este jueves en Fráncfort-- "medidas de política monetaria no convencionales". "Un periodo potencialmente prolongado de baja inflación puede reprimir demanda y resultados y reprimir crecimiento y trabajo", ha dicho la exministra francesa, que ha hecho la misma recomendación de mantener las políticas monetarias no convencionales a Japón.

En su discurso Lagarde ha apuntado también a otros dos obstáculos al crecimiento: las tensiones geopolíticas, tanto en Ucrania como en otros lugares que no ha identificado concretamente, y la creciente volatilidad de los mercados emergentes. Lagarde ha asegurado también que el FMI preve mejoras “modestas” en el crecimiento para 2014 y 2015 y ha constatado que el crecimiento en general es aún "demasiado lento y demasiado débil". Como aspecto positivo ha señalado a un creciente equilibrio en a recuperación entre economías emergentes (que tras el estallido de la crisis habían estado llevando el mayor peso de la recuperación) y las avanzadas.