El presidente del Ejecutivo autonómico, Javier Lambán, dijo ayer que no quiere que la «ola feminista» que ha recorrido Aragón en los últimos días se detenga. Por eso, anunció la convocatoria de «una especie de mesa de la mujer» la próxima semana que tratará de analizar lo ocurrido en la huelga del 8-M y de mantener el espíritu de la convocatoria. En la citada mesa, que buscará que «esta ola no se detenga y surta efecto para darle mayor fuerza si cabe a ese impulso igualatorio», participarán, entre otros, representantes de las organizaciones feministas y de los sindicatos.

Según indicó Lambán, las encargadas de impulsar la citada mesa de forma «urgente» están siendo la directora del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), Natalia Salvo, y la consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto. El presidente de la DGA reiteró su apoyo a las reivindicaciones de la movilización del 8-M, una jornada que calificó de «histórica». «Ha marcado un antes y un después no solo en la lucha feminista, sino respecto del auténtico cambio de era, de civilización, al que asistimos», subrayó Lambán, que instó a los grupos parlamentarios de las Cortes a facilitar «rápidamente» la aprobación del proyecto de ley de Igualdad, que, dijo, es «muy ambicioso» pero «está bloqueado» en la cámara.

En este sentido, la portavoz de Podemos en las Cortes, Maru Díaz, reclamó ayer a los poderes públicos y a los políticos que «estén a la altura» de lo que pidió ayer la calle. Por su parte, el portavoz del Gobierno de Zaragoza, Fernando Rivarés, quiso dar la «enhorabuena» a todas las mujeres, y en especial a las que participaron en las marchas, porque el 8-M «cambió el mundo».

Mientras, la directora del Observatorio de Igualdad de Género de la Universidad de Zaragoza, Pilar Arranz, dijo que la movilización ha de ser «un punto de inflexión» en la lucha por la igualdad y pidió al Gobierno central «un reconocimiento y un compromiso». «El Ejecutivo está muy presionado por el 52% de población», concluyó Arranz.