El Gobierno de Aragón quiere evitar el cierre de la térmica de Andorra en el 2020 a toda costa. Así se lo ha transmitido el presidente Lambán a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una carta en la que le reitera el «rechazo total» a la clausura de la central «sin que se hayan adoptado medidas de transición».

En la misiva -fechada en Zaragoza el pasado 27 de julio y a la que ha tenido acceso este diario-Lambán también solicita a Ribera que se ponga en contacto «urgentemente» con Endesa -propietaria de la instalación y que ya ha avisado de sus intenciones de cierre- para «buscar fórmulas» que permitan alargar la vida de la térmica antes de que la eléctrica tome decisiones «irreversibles».

Los sindicatos de la minería, el Ayuntamiento de Andorra, la empresa Samca y el Gobierno de Aragón ya se reunieron el pasado miércoles tras las declaraciones realizadas, apenas 24 horas antes, por el director general de Endesa en Aragón y Soria, Ignacio Montaner. En ellas aseguraba que «no se dan las condiciones regulatorias necesarias para que Endesa lleve a cabo las reformas medioambientales que permitan que la central siga abierta más allá de 2020».

Ante este escenario, Lambán y los agentes sociales y económicos afectados aprobaron una propuesta unitaria para la defensa de una transición «justa». Las conclusiones de esta reunión se trasladan a Ribera en la carta, en la que se incide en que el cierre de la central supondría «un perjuicio irreparable para este territorio», más todavía «sin que se hayan puesto las mínimas bases para tener un margen de maniobra suficiente.

«Estimamos que dos años no son suficientes para poner en marcha medidas compensatorias que den los frutos suficientes para paliar el daño que ocasionaría en la zona la desaparición de la central en un territorio monodependiente de la economía del carbón», subraya Lambán, que también recalca a la ministra que el fin de la térmica de Andorra podría ocasionar «una importante subida del precio de la luz».

Finalmente, el presidente aragonés alude a la apuesta de la DGA por las energías renovables como lo demuestran los 140 proyectos eólicos y fotovoltaicos en tramitación en Aragón, con una potencia que supera los 4.200 megawatios.