El presidente de la Asociación Aragonesa de Asistencia en Carretera (Aarac), Arsenio Borao, no confía demasiado en que la reunión de mañana entre el sector de las grúas y las aseguradoras termine en un acuerdo que pondría fin al conflicto que ya lleva un mes en el País Vasco y amenaza con extenderse a todo el país. "Me temo que tendremos que ir al paro", señaló ayer a este periódico.

El sector de las grúas planteó el pasado viernes a la patronal aseguradora Unespa un "ultimátum". O se consigue negociar un aumento de las tarifas que cobran las grúas por servicio para lo que queda de año y se ponen las bases de incrementos superiores para el 2005, o la mayoría de autonomías seguirán los pasos de Euskadi y los coches averiados o accidentados se quedarán en las carreteras, precisamente a pocos días vista de la operación retorno de vacaciones.

Borao, aunque mantiene la esperanza de que se pueda desbloquear la negociación, considera que "las aseguradoras están mareando la perdiz" mientras reconoce fuertes presiones de los pequeños empresarios del sector que insisten en los paros como fórmula para alcanzar unos precios en el servicio que les dé viabilidad a su negocio. Tal como se denunció el sábado, algunas aseguradoras también presionan a través del correo electrónico para que las empresas no secunden el paro "argumentando que negociarán individualmente. Pero es una artimaña antigua y ya no la aceptamos", reconoció Borao.

El presidente de la Aarac estima que si se llegara a un paro nacional, en Aragón y sólo en el eje de la Nacional II entre Soria y Lérida podrían quedarse unos 200 vehículos diarios sin asistencia. "Este fin de semana, que no ha sido muy fuerte, sólo en una empresa y entre La Muela y Alfajarín se han retirado 30 vehículos", aseguró a modo de ejemplo.

SIN AUMENTOS En Aragón hay unas 270 empresas con servicios de asistencia en carretera y, aunque hay una veintena que pueden tener entre 15 y 20 vehículos de ayuda, la mayoría no llegan a los cinco y muchas son talleres o pequeños desguaces que sólo cuentan con una grúa. "Por la asistencia en carretera, en 1993, las aseguradoras cobraban en la póliza del seguro 1.200 pesetas (7,2 euros), mientras hoy cobran 54 euros. En ese periodo, a los que realizamos el servicio no nos han subido ni un céntimo", aseguró Borao.

Desde el País Vasco también mantienen el escepticismo sobre la reunión de mañana con Unespa. El portavoz de la Asociación Vasca de Empresas Auxiliares de Carreteras (Abeac), Joaquín Herrero, consideró que la mediación del director general de Tráfico, Pere Navarro, en el conflicto entre los empresarios de grúas y las compañías aseguradoras "no va ayudar en nada" porque éstas "no tienen ninguna intención de llegar a un acuerdo". Y la prueba de que las aseguradoras "no quieren solucionar el problema" es que "están amenazando entre tres o cuatro de las grandes compañías aseguradoras a sus proveedores".