Es muy conocido ese episodio de los evangelios en que Jesús resucitó a un amigo, que llevaba varios días muerto, al ordenarle: "¡Lázaro, ven afuera!" (lo de "levántate y anda" que se suele asociar a este pasaje es de otro milagro). Y como un muerto resucitado, así volvió ayer Grecia a financiarse en los mercados por primera vez desde el 2010.

El Tesoro heleno logró vender 3.000 millones en bonos a cinco años con una demanda de más de 20.000 millones y a un interés del 4,95%. Podríamos decir aquello de: "Los muertos que vos matáis gozan de buena salud" (aparentemente de El mentiroso, de Pierre Corneille). Pero, ¿fue lo que pensaron los inversores?

Cabría pensar que una noticia así sería bien recibida, como una muestra más de que la eurozona se aleja del riesgo de ruptura. Pero pasó bastante desapercibida en el mercado (y cabe recordar que algunas voces en Alemania ya hablan de nuevas quitas en la deuda griega). Ni las actas de la FED (el banco central se mostró prudente antes de retirar más estímulos) ni un buen dato de empleo en EEUU sirvieron para animar a los inversores, que a falta de una reacción del BCE (el euro se acerca a los 1,39 dólares, amenazando la recuperación) siguen vendiendo para recoger las plusvalías latentes acumuladas con la última racha alcista.

El Ibex 35, en este contexto, sufrió su mayor caída en más de un mes: 1,42%, a los 10.336,1 puntos. La prima de riesgo se quedó en los 165 puntos básicos.