La distancia entre dos polos opuestos a veces es tan amplia como la gama de grises que separan el blanco del negro, pero en otras ocasiones es tan estrecha que prácticamente se tocan. "Hay una línea fina entre la temeridad y la valentía / Va siendo hora de que comprendas qué camino debes tomar / Hay una línea fina, tu decisión marca la diferencia / Si no lo entiendes, cometerás un gran error", como decía una gran canción de Paul McCartney de hace unos años.

En el índice de actividad del sector manufacturero, por ejemplo, los 50 puntos marcan la diferencia entre la contracción y la expansión. Hay una fina línea y quedar de un lado u otro puede marcar el estado de ánimo de los inversores. Sucedió ayer: el de Alemania subió en octubre de 49,9 a 51,8 puntos, mientras que el de la eurozona pasó de 50,5 a 50,7 puntos, cuando el mercado esperaba en los dos casos que quedasen por debajo de 50.

Estos datos y algún otro (el índice de confianza de la zona euro sigue en terreno negativo, pero mejora frente al mes anterior) alejó el fantasma de la tercera recesión ayer y dio motivos a los inversores para seguir con las compras de las últimas sesiones. Los resultados empresariales europeos provocaron alguna zozobra, pero la buena apertura de Wall Street por las cuentas de las empresas estadounidense terminaron por dibujar una buena jornada en los mercados. El Ibex 35 subió el 0,82%, hasta los 10.333,7 puntos, y la prima de riesgo se situó en 129 puntos.