A Fernando Machín se le van los amigos. Todos aquellos a los que aupó hasta diversos puestos de representación empresarial durante sus más de 25 años como dirigente patronal ahora están contra él. Se inicia el proceso de renovación del comité ejecutivo de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa Zaragozana (Cepyme-Zaragoza) y al actual presidente, por primera vez en su vida, le quieren quitar la presidencia sus propios colaboradores. El quiere seguir y se ha unido a un grupo de empresarios que dicen representar la renovación pero que le respetan como presidente. A partir de mañana hay un mes para convocar las elecciones para el comité ejecutivo de Cepyme Zaragoza. Todo apunta a que serán antes de Navidad y, pase lo que pase, se dará el primer paso para cambiar la cúpula de Cepyme Aragón dentro de dos años.

Aurelio López de Hita, actual presidente de Copyme (la Cooperativa de la Pequeña y Mediana Empresa), tesorero de la Cámara de Comercio de Zaragoza y de la Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ) y un histórico en las organizaciones empresariales, es el candidato a presidente de Cepyme Zaragoza por el grupo de colaboradores y amigos de Machín. Tanto él como Javier Ferrer, presidente de la CEZ y de la Federación de Empresarios del Metal --la organización más fuerte dentro de Cepyme-- y hasta hace bien poco hombre fiel a Machín, son los que dirigen esta revuelta del comité ejecutivo de Cepyme.

Han conseguido que todos (salvo el vicepresidente Vicente Novás, que acaba de vender su empresa de seguridad y quiere jubilarse) firmen un documento en el que asumen que es necesario un cambio urgente motivado por la débil salud de Machín ("Mi enfermedad es grave pero con el tiempo; todos esos no trabajan ni la cuarta parte que yo. Ninguno me llega a la suela de los zapatos", ha llegado a declarar el presidente) y por la inoperancia de la institución ("A nivel nacional, la de Aragón está considerada como la mejor confederación. Lo dijo Jiménez Aguilar (secretario general de CEOE)", les dice Machín). Este grupo de empresarios veteranos quieren hacer pública hoy o mañana una declaración de intenciones.

Enfrente hay empresarios como el presidente de Tradime, Jesús Angel Albiol, el de la Asociación de Industriales de Cuarte, Juan Pedro Márquez, y el de la de Jóvenes Empresarios, Antonio Bustos --otro veterano en el cargo que renunciará en las próximas elecciones-- dispuestos a cambiar el modelo presidencialista de Cepyme. Hace ya tiempo que hablaron con Machín y le explicaron que hace falta más y mejor equipo, un comité ejecutivo con las tareas repartidas y una integración real de las asociaciones en la confederación. Dicen no querer la presidencia (aunque hace ya unos meses que sonó como candidato Albiol) y están dispuestos a aceptar que se quede Machín para que la renovación no sea traumática y así, en dos años, cuando toque reelegir la presidencia de Cepyme Aragón --la organización clave-- se pueda hacer el cambio real.

Votan 60 asociaciones y hay 190 votos en Cepyme Zaragoza que los amigos de Machín, que ahora se rebelan y presionan, dicen controlar. Pero nadie duda que a lo largo del próximo mes puede haber acercamientos. El actual presidente tiene 61 años y él asegura que está cuatro más y se va a casa. "Tengo la intención de hacer una Cepyme más participativa", asegura, y lo que menos entiende es que personas como Javier Ferrer, "al que he ayudado como nadie", ahora se pongan enfrente.

El relevo de Machín está en los ambientes empresariales y políticos desde hace más de un año. Pero sus problemas médicos (recientemente tuvo un desvanecimiento en público en la Aljafería) y sus vacíos políticos (el alcalde Belloch no le invita a ningún acto y el presidente de la DPZ le ha recortado las ayudas a la organización) están acelerando el cambio.

Entre los empresarios se dice que quien aspira a suceder realmente a Machín es Javier Ferrer, uniendo Cepyme y CEZ, como en Huesca y Teruel, y la candidatura de López de Hita sólo es de transición. Más si se da por hecho que el presidente de la CREA, en el 2005, será Jesús Morte, del Parque de Atracciones y la empresa familiar y a Ferrer no le queda margen.