Como en el resto del mundo, el sector automovilístico francés arrastraba su propia crisis de transición cuando irrumpió el coronavirus obligando a paralizar la producción y congelando las ventas de la noche a la mañana. La actividad cayó más de un 80%, algo sin precedentes en tiempos de paz, y 400.000 vehículos se quedaron varados en los concesionarios poniendo en peligro 900.000 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos.

Para hacer frente a esta situación inédita, Emmanuel Macron ha presentado un plan histórico con el que acude al rescate de un sector clave -que supone el 16% del negocio industrial y nutre a 4.000 empresas- con la vista puesta en la transformación ecológica y la recuperación de la soberanía industrial francesa.

El presidente quiere que Francia se convierta en el primer productor europeo de vehículos limpios fabricando al menos un millón de aquí a 2025. "Nuestro país no sería el mismo sin sus grandes marcas, Renault, Peugeot, Citroën. El reto del automóvil es un reto para el empleo y la situación económica del país", ha dicho.

Este martes, desde la fábrica de Valeo de Etaples (Norte Paso de Calais) en la que se producen motores de coches eléctricos, ha prometido una aportación estatal de 8.000 millones de euros. A cambio, los constructores se comprometen a relocalizar la producción de valor añadido y a mantener en las factorías francesas su producción industrial.

Una de las principales patas del ambicioso plan de rescate es incentivar la demanda para que los franceses que pensaban comprar un coche más ecológico no pospongan la compra. El Gobierno dará una ayuda de 7.000 euros a los particulares para adquirir uno eléctrico y 5.000 a las empresas y corporaciones locales. Los híbridos recargables también entran en el paquete y quien opte por ellos tendrán una prima de 2.000 euros. Se puede reconciliar el objetivo ecológico y el económico, ha subrayado el presidente con la mirada puesta en el electorado verde.

FONDO DE INVERSIÓN

A partir del 1 de junio, quien tenga una renta inferior a los 18.000 euros podrá beneficiarse de una ayuda de entre 3.000 y 5.000 euros para cambiar un coche diesel o gasolina contaminante por otro más limpio tanto nuevo como de ocasión. Los fabricantes de componentes recibirán 200.000 millones de euros en subvenciones y se creará un fondo de inversión dotado con 600 millones para el conjunto de las empresas del sector.

El tercer capítulo de ayudas va dirigido a apoyar la innovación y la investigación tecnológica para mejorar la competitividad. Macron se ha referido también al caso particular de Renault, a quien el Estado ha prometido un préstamo de 5.000 millones si se compromete a mantener su actividad industrial en Francia. El constructor anunciará este viernes un plan de recortes de 2.000 millones de euros y previsiblemente el cierre de varias factorías. Los sindicatos temen que la crisis del coronavirus no haga sino acelerar el proceso de deslocalización.