España logró captar el año pasado un total de 46.827 millones de euros de inversiones extranjeras brutas, una cifra que supera las cantidades que se habían logrado antes de la crisis y a todos los años precedentes hasta el 2008. La cifra del 2018 supone un aumento del 71% en el conjunto de España respecto a la alcanzada en el 2017 (27.347 millones). Una de las principales causas de este aumento fueron las inversiones inmobiliarias, y además la operación de compra de la compañía de gestión de infraestructuras Abertis, en una acción con intervención parcial italiana y alemana, por un importe que rondó los 14.000 millones de euros. Abertis ya había trasladado previamente su sede social de Barcelona a Madrid, por lo que la operación computó a efectos autonómicos en Madrid. Precisamente esta comunidad logró en el 2018 tener el mayor peso sobre el total, con el 85,26% de todas las inversiones brutas captadas en España ese ejercicio, 39.925 millones de euros en cifras absolutas.

Cataluña se mantuvo en la tendencia de descenso inciada en el 2017, coicidiendo con la tensión política creada con el 'procés' y el consiguiente traslado de sedes de más de 3.000 empresas de esta comunidad a otros puntos del Estado, mayoritariamente a Madrid. Mientras que en la comunidad de la capital española el registro de inversiones del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo contabilizó en el 2018 un incremento de inversiones del 125% respecto a las captadas en el 2017, en Catalunya hubo un descenso del 11,7%, hasta situarse en 2.985 millones de euros. Una cifra muy alejada de los 8.273 millones que se captaron en el 2016, antes de empezar el declive de los últimos años. según el citado registro. Durante los años de la crisis, Cataluña llegó a liderar la entrada de inversiones extranjeras brutas en España en el 2010, con 4.890 millones frente a los 4.537 de Madrid. Pero a partir de ese año empezó a distanciarse la capital de Estado hasta llegar a la situación actual en la que su preminencia sobre el conjunto de España es total.

El extraordinario aumento de Madrid se basa mucho en la consolidación del llamado efecto sede, que ya era muy notable antes del 'procés' y que se acentuó con el traslado de muchas oficinas centrales de las compañías desde Cataluña. Valencia también se benefició de este fenómeno en el 2017, con un incremento de inversiones extranjeras del 85% ese año, pero no logró consolidarlo el año pasado, ya que en el 2018 registró un caída del 18,2%. También sufrió una caída espectacular el País Vasco, del 60% en este caso, al pasar de captar 2.691 millones en el 2017 a solo 969 el año pasado.