Zaragoza vivió ayer una nueva jornada de movilizaciones. Si el domingo pasado fueron UGT y CCOO lo que se convocaron una concentración en la plaza de España para reivindicar empleos y salarios dignos, este sábado fueron los movimientos y sindicatos alternativos los que tomaron el pulso a la calle con una manifestación por el centro de la ciudad en defensa del sistema público de pensiones. Más de 1.500 personas -unas 4.000, según los convocantes- secundaron el llamamiento de las Marchas por la Dignidad, una plataforma creada hace tres años. La protesta, celebrada en 16 ciudades españolas, pretende culminar el 27 de mayo con una gran marcha a Madrid desde diferentes puntos del país.

La manifestación, que partió a mediodía de la Glorieta Sasera bajo el lema No al robo de las pensiones actuales y futuras, contó con el respaldo de más de 20 organizaciones vecinales, sociales, sindicales y políticas, entre ellas, Podemos, Izquierda Unida (IU), Attac, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Intersindical de Aragón, CGT, OSTA o un colectivo de pensionistas y jubilados indignados. Un miembro de este último grupo fue el encargado de la lectura del manifiesto de la convocatoria al termino de la marcha en la plaza del Pilar, frente a la Delegación del Gobierno en Aragón. «Pan, techo, trabajo y dignidad» fue una de las consignas más repetidas en la marcha, en la que se exigió que el cobro de las pensiones quede garantizado por los presupuestos generales del Estado.

Devaluación salarial

En declaraciones a los medios de comunicación antes de iniciar la protesta, el portavoz en Aragón de las Marchas de la Dignidad, David Ubico, subrayó que las pensiones son «un elemento fundamental» para asegurar una buena calidad de vida a los ciudadanos, sobre todo cuando la crisis económica ha supuesto una caída de «un 40%» en los salarios de los trabajadores.

Así, criticó las declaraciones realizadas por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el presidente de la CEOE, Juan Rosell, que proponen alargar la vida laboral: «No tiene ninguna lógica que se diga que hay que trabajar más tiempo para poder acceder a la jubilación, no tiene sentido subir y bajar por andamios a los 70 años». También descartó que los trabajadores puedan completar sus pensiones con seguros privados, puesto que los sueldos son «muy bajos».

En estas circunstancias, con los salarios «cada vez más precarizados», apuntó que es necesario establecer una pensión mínima de 1.080 euros. En su opinión, esta cuantía es la «mínima para poder vivir» dignamente.