La salida del Barclays del negocio minorista en España, anunciada esta misma semana, es una consecuencia más de la crisis financiera y de la reestructuración del sector a nivel nacional. Hace ahora algo más de una década, la firma británica puso fin a la historia de una entidad emblemática en Aragón, el Banco Zaragozano. A finales del 2003 se hacía con el control del 99,04% de su capital, pero estos once años no han servido a Barclays para sobrevivir en un mercado golpeado por las turbulencias de la banca. Tampoco para olvidar que el Zaragozano se convirtió en una referencia para la sociedad y la economía aragonesa. Incluso hoy, la capital alberga el 25% de la plantilla de Barclays en toda España (700 empleados sobre un total de 2.800) que, no obstante, temen por su futuro en el medio plazo.

El Banco Zaragozano fue fundado en 1910 por José García Sánchez, que reunió a un pequeño grupo de aragoneses inquietos en el futuro de Aragón. Nació con un capital de solo tres millones de las antiguas pesetas. La historia de esta entidad, de Barclays e, incluso de Caja Inmaculada (CAI) --que pasará a finales de año a integrarse definitivamente en Ibercaja-- ha demostrado que Zaragoza es un territorio muy atractivo, pero también muy competitivo. En definitiva, quien triunfa en esta plaza triunfa en el resto de España, y lo mismo ocurre si se fracasa. Es el caso del Barclays.

Por el Banco Zaragozano suspiraron antaño entidades de primer nivel como el Banesto y el Banco de Santander, entre otras. Hoy, su futuro es una incógnita, pero lo más probable es que acabe en manos de otro banco. Los rumores son múltiples. Bankinter, el Banco Sabadell y algunas otras son probables novias de un banco cuya presencia se ha erosionado en Aragón con el paso de los años.

DESPIDOS MASIVOS

José Carlos Valenciano ha trabajado 35 años en la entidad --25 en el Zaragozano y 10 en Barclays-- y también fue el máximo responsable sindical por CCOO de esta entidad hasta su prejubilación el pasado año. Él ha visto desfilar casi la mitad de la plantilla, que ha pasado de 5.400 hace solo unos años a 2.800 en toda España tras los ERE aplicados en el 2011 y el 2013. Varias son las claves que da Valenciano para explicar el crack de la entidad británica en España, pero el desconocimiento del mercado nacional, una gestión "desastrosa", la ambición de la city londinense (donde radica la sede mundial de Barclays) y una expansión en el "peor momento" posible son las principales razones que esgrime.

Cuando el Barclays compró el Banco Zaragozano todo cambió, según este sindicalista. Los fondos de inversión, los planes de pensiones y una hipoteca remunerada se convirtieron en sus productos estrella. El problema, explica Valenciano, es que la entidad pasó de una gestión "prudente y sólida a una apuesta por las inversiones y el corto plazo", es decir, los dirigentes de Londres "impusieron" su forma de hacer las cosas y "no aprovecharon las virtudes del Zaragozano". La situación fue a peor en la última década, pero nunca esperó que el Barclays dejase España.

José Carlos Valenciano llegó a la entidad en 1979, cuando el puesto de trabajo se ganaba en la oposición que se convocaba en Zaragoza. "Por entonces, la mitad de la plantilla era de Aragón y, de hecho, en la etapa de expansión muchos se fueron a otras comunidades". Por entonces, la sede del Zaragozano estaba en el Coso de la capital aragonesa y la imagen corporativa de la entidad era un león rampante que constituía el escudo de la ciudad. Hoy, muchas de las huellas que dejó el banco en Aragón se han borrado, pero aún quedan 700 trabajadores que dependen de Barclays en Zaragoza.