Opel eligió ayer un emplazamiento histórico de Zaragoza para presentar su renovado Corsa. El nuevo modelo y las cinco versiones anteriores lanzadas a lo largo de sus 32 años de historia se lucieron en el gran patio exterior del antiguo Matadero entre la curiosidad de los viandantes. En este emblemático edificio, construido para la exposición de productos industriales de 1885, se encuentra hoy el Centro Aragonés de Diseño Industrial (CADI), un lugar que recuerda la vinculación histórica de la ciudad y de la región con este sector productivo del que hoy Opel es su principal exponente.

"Este lugar representa cómo queremos que sea el Corsa, sus raíces con la sociedad aragonesa", remarcó Antonio Cobo, director general de General Motors (GM) España. Reivindicó así la aragonesidad de este vehículo, del que la planta de Figueruelas ha ensamblado 9,5 millones desde 1982. Además, agregó, más del 82% proceso de la fabricación de este vehículo se ha hecho en esta factoría. En conclusión, Cobo hizo hincapié en que este popular coche, aunque "con base en tecnología alemana", está en España y Aragón, al igual que los otros dos que se fabrican en este centro (Mokka y Meriva). La propia actividad de la factoría, sumada al efecto arrastre en la industria auxiliar, acentúan la contribución al empleo y la economía local del fabricante de automóviles.

"Figueruelas es un pilar fundamental de la estrategia de crecimiento de Opel", abundó. El máximo directivo quiso recordar también que de cara al futuro las cosas también pintan bien para esta factoría, tras la adjudicación de un cuarto modelo, el Citroën C3 Picasso. "Tener asignados estos modelos nos ponen en una situación de privilegio para afrontar el futuro con mucho mayor optimismo que en los últimos años, que han sido ciertamente difíciles".

La mejor del mundo

El consejero de Industria, Arturo Aliaga, también tiró de la emotividad para destacar la ligazón de Opel con Aragón. Es más, definió al Corsa como "el producto industrial, con mayúsculas, de Aragón con más éxito de su historia". Un éxito que, según el consejero, lo ha sido tanto en el campo del diseño industrial como en el de la eficiencia, la competitividad o el ahorro energético.

"Es el triunfo de la tecnología y del factor humano", recalcó, al tiempo que bautizó la planta de Zaragoza como "la mejor del mundo", como según dijo que le confesó recientemente el vicepresidente de GM. Por todo ello, Aliaga no dudó en apelar a sus paisanos a que compren un coche de la casa. "El que sea aragonés tiene que tener en casa un Opel".