La mayoría de los cerca de 300 trabajadores que Tata Hispano dejó en la calle hace un año con el cierre de la fábrica de Zaragoza siguen en el paro. El proyecto para retomar la actividad de la planta era, para buena parte de ellos, la mejor vía para regresar al mercado de trabajo, una expectativa que ahora se ve frustrada. Y los pocos que han encontrado un empleo, están eventuales y con contratos de "baja calidad".