Aragón prácticamente ha regresado a las cifras de creación de riqueza previas a la crisis, pero esa recuperación no se reparte de manera igualitaria. Así lo denunció ayer UGT en la presentación de un informe sobre el mercado laboral en la comunidad que evidencia un trasvase de las rentas de los trabajadores en favor de los beneficios empresariales. En los últimos seis años, las primeras han caído en 700 millones de euros mientras que los excedentes del capital han crecido en 155 millones. Este desequilibrio se extiende también al empleo, que a nivel regional se ha reducido en 32.000 trabajadores (24.000 asalariados) entre el 2010 y el 2016, así como a la calidad del mismo, al caer las horas trabajadas (16 menos por empleado) y empobrecerse los salarios.

«Existe la misma riqueza que antes de la crisis pero se concentra en menos manos», afirmó en rueda de prensa el líder de UGT Aragón, Daniel Alastuey, quien culpó al Ejecutivo central de esta situación. «El Gobierno decidió competir en devaluaciones salariales para salir de la crisis», explicó, al tiempo que urgió la derogación de la reforma laboral del PP como primer paso para combatir la desigualdad.

CAÍDA DE POBLACIÓN ACTIVA

Aunque consideró positiva la bajada del desempleo en Aragón, precisó que este descenso se debe en gran parte a la caída de la población activa (número de personas en disposición de trabajar), que ha disminuido en 42.000 efectivos del 2008 al 2017 (10.000 en el último año). Esta caída de la actividad es preocupante, según UGT, porque revela el envejecimiento de la población y el desistimiento en la búsqueda de empleo.

El descenso de la población activa se ha concentrado en la franja de edad entre 25 y 34 años (68.000 personas menos), lo que puede explicarse por la fuga de empleados extranjeros. Desde 2008, se han marchado más de 30.000 inmigrantes en disposición de trabajar.

Respecto a la ocupación, el sindicato destaca que todavía faltan 65.000 empleos para alcanzar los niveles precrisis y que el empleo ha descendido especialmente entre los más jóvenes (de 16 a 35 años) mientras ha aumentado entre los mayores de 44.

Alastuey censuró también la temporalidad en la contratación, con cifras que no llegan al 10% en los indefinidos cada mes, y la pérdida de empleos a tiempo completo, que se ha compensado en parte por el auge de los trabajos a tiempo parcial, lo que demuestra que «el objetivo que tenía el Gobierno de precarizar el empleo con la reforma laboral ha sido todo un éxito», afirmó.

MUJERES

El secretario general de UGT Aragón hizo hincapíe en que la desigualdad, el desempleo y la precariedad laboral se ceban especialmente con las mujeres. Así lo revelan datos como que ellas representan el 62% de los parados de larga duración -17 puntos por encima de los hombres- y asumen el 80% de los contratos a tiempo parcial.

En cuanto a los salarios, el sindicato alertó de que el 40% de la población que menos gana es a la que «más le ha atacado la crisis», ya que el sueldo de los trabajadores con menos retribución han caído entre el 2009 y el 2016 entre un 13,8% y un 5,1%.