Cándido Méndez, secretario general de UGT, ha adelantado en un año su relevo en el cargo que ocupa desde hace 22 años y ha iniciado un proceso de renovación interna de la estructura del sindicato, así como el cambio generacional que se esperaba desde hace tiempo. El momento del anuncio coincide con la crisis de todas las instituciones, acosadas por la corrupción y el descrédito social, espoleados por el nacimiento de movimientos asamblearios, como Podemos, y su embrión de sindicato Somos.

El líder ugetista dará a conocer sus planes en la reunión que hoy y mañana mantendrá el comité confederal, máximo órgano de dirección, y lo enmarcará en la transformación organizativa emprendida en el congreso del año pasado y que debería culminar en el del 2017. Su propuesta será adelantar las elecciones internas al 2016 para que dentro de casi año y medio se presente una UGT renovada interna y externamente.

La marcha de Méndez no es nueva ni tiene nada que ver con Podemos. Lo insinuó en el congreso de abril del 2013 cuando limitó a ocho años los mandatos de los cargos del sindicato. Ayer, tras asistir a un acto del líder del PSOE, Pedro Sánchez, afirmó que como líder de UGT tiene "más presente que futuro y más pasado que presente".

Los ERE de Andalucía, que han puesto patas arriba a este sindicato, las tarjetas opacas de Caja Madrid, que han forzado cambios en la cúpula de Madrid y la regularización de 1,4 millones de euros del histórico líder minero José Angel Fernández Villa mediante la amnistía fiscal, han sido golpes que han hecho mella en Méndez, aunque no sea responsable directo de ellos, y le han convencido de que la central necesita una refundación.

EFECTO PODEMOS

Si la irrupción de Podemos y su mediático líder Pablo Iglesias ha hecho tambalear a los partidos tradicionales, hay quien espera que a CCOO y UGT les suceda los mismo cuando el sindicato Somos tenga luz verde del Ministerio de Empleo. Sin embargo, los dirigentes de ambas centrales no lo ven así y destacan que no se puede hacer una "traslación mimética" del mundo político y el socioeconómico.

Fernando Lezcano y José Javier Cubillo, secretario de organización de CCOO y UGT, respectivamente, parten de un "gran respeto" hacia Podemos y su casi millón y medio de votantes en las elecciones europeas, pero advierten de que el mundo del trabajo y las empresas así como las elecciones sindicales, que se desarrollaran plenamente en el 2015, son otra cosa.

EL VUELCO

Para dar un vuelco a la representación de los trabajadores habida en los últimos 30 años es necesario "estar" en las empresas, grandes y pymes, "hacer propuestas" y "pelear" cada día con la dirección de cada centro de trabajo, coinciden Lezcano y Cubillo. A Somos, aún le queda un camino que recorrer, subrayan.

"Sin duda", reconocen ambos dirigentes, el sindicalismo tradicional sufre el descrédito, máxime en tiempos de crisis en que hay "hartazgo" a las políticas llevadas a cabo, así como por sus errores que, aseguran, han subsanado o están en vías de hacerlo "sin que nadie nos señale el camino". "Nos influye como a cualquier actor y nos anima a mirarnos hacia adentro", señala Lezcano.