La actividad inmobiliaria continuó dando señales de agotamiento antes de la crisis sanitaria del coronavirus, que con toda probabilidad habrá contraído aún más el mercado. El pasado febrero, se registraron 42.920 compraventas de vivienda, lo que supone una bajada del 6% respecto al mismo mes del año anterior (4,4% desestacionalizado, es decir, corrigiendo las variaciones del calendario como el distinto número de días festivos y laborables). El número de transacciones, así, prosiguió la tendencia bajista iniciada en enero (-5,5% y -6,2%, respectivamente), según los datos publicados este jueves por los notarios.

Muchos expertos en el sector llevan tiempo alertando de que el incremento de los precios es desde hace años más elevado que el de la capacidad adquisitiva de los potenciales compradores, lo que inevitablemente terminaría por provocar un freno de las compraventas. Los datos apuntan a que esta situación ya se estaba produciendo antes de la pandemia y es previsible que los efectos económicos de la enfermedad y el confinamiento la aceleren.

La venta de pisos, así, cayó el 7,4% en febrero por el retroceso de las transacciones de pisos libres de segunda mano (6,5%) y de pisos libres nuevos (2,4%). Por su parte, las viviendas unifamiliares, normalmente adquiridas por hogares de rentas más altas, apenas bajaron (0,7%), pero su peso en el total de transacciones apenas alcanza el 22,4%, con lo que su efecto en la evolución total de las operaciones es limitado. La compraventa de otro tipo de inmuebles como terrenos o garages, por su parte, bajó el 6,3%, hasta las 10.125 operaciones.

Precio contenido

Otra prueba del enfriamiento del sector es que el precio promedio de las viviendas adquiridas apenas varió el febrero (1.393 euros el metro cuadrado, un 0,5% más que en febrero del 2019, frente al 1,8% de enero). Es decir, que los compradores no podían o no estaban dispuestos a pagar más que doce meses antes. Los pisos subieron el 2,4% (los de precio libre de segunda mano se encarecieron el 0,9% y los nuevos, el 5,4%), mientras que las viviendas unifamiliares cayeron el 2,4% y el resto de inmuebles bajó el 6%.

El número de créditos hipotecarios concedidos para la adquisición de vivienda, por su parte, se situó en 21.735 en febrero, con una caída de apenas el 0,6%, muy superior a la del número de compraventas (6%). Ello implica que un mayor número de compradores requirieron de financiación bancaria para afrontar la adquicisión, otra prueba del endurecimiento del acceso a la vivienda. También lo refleja que la cuantía promedio de los préstamos se incrementó en un 5,5%, hasta los 140.110 euros. Estos datos apuntan también a una menor actividad de los inversores profesionales.